La campaña de captura de palomas reduce su población a casi la mitad
La campaña de captura de palomas en Las Palmas de Gran Canaria ha reducido su población a casi a la mitad, mientras que en los tres primeros meses del año han sido interceptadas 765 aves, según informó este miércoles el Ayuntamiento capitalino en un comunicado.
De esta manera, el área de Salud Ambiental del Consistorio continúa con la campaña de control demográfico de aves urbanas, que desde 2007 hasta ahora ha supuesto la captura de 9.628 palomas en la ciudad.
Esto ha supuesto una reducción considerable de la población total, que si antes rondaba las 5.000 aves ahora se cifra en torno a las 3.000. Además, la analítica realizada a las palomas capturadas en este 2010 no muestra datos significativos que puedan perjudicar a la salud pública.
Por su parte, los objetivos que se plantea la concejalía que dirige Inmaculada Medina no sólo se centran en lograr un mayor saneamiento de la ciudad con la reducción en el número de aves hasta un censo sostenible. La campaña también pretende realizar un estudio de esta población y su repercusión en la capital grancanaria, además de concienciar a la ciudadanía de la problemática que supone el exceso de palomas.
Además, para el control de estas aves se utiliza principalmente el sistema de lanzamiento de una red de captura en unos 40 puntos de la ciudad, como la plaza de Santa Ana, la de Manuel Becerra, el parque Santa Catalina, el de San Telmo o las ramblas de Mesa y López, entre otros.
En cuanto a la intención de sensibilizar a la ciudadanía, se están repartiendo unos 40.000 folletos a través de las concejalías de distrito, las asociaciones vecinales y de colombófilos, así como en puntos de información municipal, con el eslogan Las palomas: una plaga en las alturas. El objetivo es que se conozca la problemática de una población excesiva de palomas, por su riesgo sanitario, por las molestias que produce y por el deterioro que puede provocar en estructuras arquitectónicas y de valor artístico.
Por todo ello se recomienda que no se alimente a animales que puedan constituirse en plaga, que se mantengan limpias y en buen estado las fachadas, cornisas y azoteas, adoptando medidas de protección de los edificios, como mallas invisibles, filamentos o varillas, que impiden que las aves se posen o aniden.
