Ciberviolencias machistas
El caso de los canteranos del Real Madrid no es aislado y evidencia una violencia machista que arrasa por los móviles

Un joven con su teléfono móvil. (Pixabay)

Jennifer Jiménez

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Dos denuncias en el sur de Gran Canaria por grabar y difundir sin consentimiento un vídeo de contenido sexual ha puesto nombre estos días a las ciberviolencias machistas, una forma de hacer daño a las mujeres que va en aumento. El caso ha sido muy mediático porque investiga a canteranos del Real Madrid y hay una menor afectada, pero no es aislado y supone la punta de un iceberg bajo el que se esconden diversas formas de violencias que encuentran en las tecnologías un soporte. Según la Memoria de la Fiscalía de Canarias, “continúa el ascenso de las denuncias por delitos contra la intimidad”, siendo el más común la extorsión y difusión de imágenes de contenido sexual. La abogada especializada en violencia de género María del Pino Nuez explica que ahora afloran más casos porque hay mayor conciencia social y se pone nombre a lo que la víctima está sufriendo, pero recuerda que “hay mucha violencia oculta” ya que aún existe miedo a sentirse cuestionada.

La abogada apunta que la violencia machista que se intensifica en las nuevas tecnologías supone un reto para la Justicia. Los vídeos y mensajes de redes sociales suponen una prueba para el caso que se denuncie, pero es “el propio testimonio de la víctima el que tiene unos parámetros creíbles”. Señala que las víctimas de violencia de género o violencias sexuales tienen un relato coherente que irá narrando por momentos ya que “el impacto y la sintomatología que está pasando esta mujer o esta menor no es el mismo que el de una víctima de accidente de tráfico”, resume. Nuez subraya que los operadores jurídicos están formándose en la nueva Ley del Solo sí es sí, a la que hay que “dar tiempo”. No obstante, añade dos cuestiones clave que ha supuesto; primero, la consideración de que se trata de una cuestión social que nos tiene que preocupar a toda la ciudadanía; y segundo, que pone el consentimiento en el centro.

“Significa un nuevo planteamiento, desde los interrogatorios a las víctimas, qué preguntar, qué considerar, qué pedir en los escritos de alegaciones; en los escritos de acusaciones; qué indemnizaciones pedir; el derecho de reparación a la víctima…”, destaca la abogada, que añade que hay que considerar la gravedad de lo que se está acusando y cómo ha acontecido. Sobre el consentimiento, insiste en que una mujer puede consentir un acto pero no todo en su conjunto, puede consentir una relación, pero no que la difunda y que, por tanto, se puede “revocar el consentimiento” en el momento en el que ella quiera.

La memoria de la Fiscalía de Canarias del año 2022 expone que el delito contra la intimidad, que está relacionado con la libertad sexual, “es un delito típicamemte masculino, pues en la práctica totalidad de los casos denunciados fueron cometidos por hombres, siendo en su mayoría víctimas del sexo femenino”. Así mismo, hace hincapié en el aumento de estos casos cometidos por adolescentes, que “a diferencia de lo que ocurre en el derecho penal de adultos (cuando el delito aparece muchas veces asociado a una ruptura sentimental); en el caso de los menores, el envío o intercambio de las fotos o vídeos sexuales tiene lugar como un mero juego, sin la previa existencia de una relación sentimental, para iniciar un coqueteo o llamar la atención del otro, con la premisa ficticia de que existe una complicidad que llevará al otro a no difundirlas”.

También señala la memoria que “en aquellos casos en los que junto con el autor han concurrido terceros que sin haber intervenido en la acción inicial, reciben posteriormente el material comprometido, transmitiendo a sabiendas de que carecen de la autorización del afectado, hemos apreciado, además, un delito contra la integridad moral”.

Los tipos de violencias machistas en la red

“Otros delitos cometidos mediante las redes sociales o las aplicaciones de mensajería instantánea han sido las amenazas, coacciones, estafas y contra la integridad moral en su modalidad de creación de perfiles falsos en las redes con el ánimo de ultrajar a la víctima”, recoge la Fiscalía en su memoria. La experta en Igualdad Ana Lydia Fernández Layos, que es coordinadora del Servicio de Prevención y Atención a las Ciberviolencias Machistas en Gran Canaria, subraya que, por un lado, se encuentran las violencias que se producen en el ámbito de la pareja o expareja (recogidas en la Ley de 2004) y que no solo se dan de manera presencial sino que se producen a través de dispositivos digitales por medio de la suplantación de identidad, amenazas, el control, la extorsión…

Por otro lado, remarca que se dan muchos casos de grooming (acoso y abuso sexual online), sextorción (extorción con imágenes de contenido sexual) o incluso el deepfake, que consiste en colocar la imagen de una persona sobre un cuerpo desnudo o un cuerpo que no es el suyo, casos que han saltado en los últimos días en los medios de comunicación. “Esto se hace por venganza o por sextorción o en muchas ocasiones para difamar y querer acabar o perjudicar la carrera o reputación de una persona en ámbitos laborales, en este caso una mujer y por motivos machistas”, indica la experta, que agrega que las mujeres y menores también reciben amenazas por estas redes para mantener relaciones sexuales o para coaccinarlas a no terminar una relación.

Hacia una mayor visibilización

La abogada María del Pino de La Nuez puntualiza que la víctima puede denunciar en el momento en el que se sienta preparada. “Yo no creo que el mensaje tenga que ser impunidad, el mensaje tiene que ser de apoyo a las víctimas, de que disponen de recursos decidan denunciar o no porque con independencia de que denuncie va a ser beneficiaria de todos los recursos”, asegura. Destaca que muchas veces las víctimas no son conscientes de que lo son y que hay que seguir dotando a la ley del Solo sí es sí de recursos para que las pidan ayuda. Entre dichos recursos, pone el ejemplo de que se dote a los centros de coordinadores de bienestar, delegados en los centros deportivos y de todas las figuras que se han creado en los textos normativos para que se aúnen criterios.

Ana Lydia Fernández remarca que no solo se hipersexualiza a las mujeres y niñas sino que la sociedad las culpabiliza en muchos casos por sus publicaciones, o las cuestiona por haber aceptado en algún momento ser fotografiada o grabada en un contexto íntimo, pero no para que sean difundidas. Otras veces explica que se las culpabiliza simplemente por el hecho de estar en la red y estar en contacto con otras personas. La experta alerta de que se está generalizando la frase de que “si no quieres que te pase, no estés en Internet o no te relaciones” y que esto está causando también mucha autocensura en las mujeres y niñas, “que no podemos relacionarnos o participar en Internet con la misma libertad o tranquilidad que los hombres”.

Ese contexto es el que dificulta en muchos casos que las víctimas puedan pedir ayuda. “Hay una parte que tiene que ver con la vergüenza, la culpabilización, el tener miedo a la amenaza, al soborno o la sextorción”, indica la coordinadora del servicio de prevención. Además, sienten miedo a las consecuencias de que la persona que las están amenazando difunda esos vídeos o esas imágenes sin su consentimiento.

Un nuevo servicio contra las ‘ciberviolencias’

La investigación Ciberviolencias machistas: un análisis de la realidad actual en Gran Canaria, encargada por el Cabildo, recoge que solo el 5% de las mujeres que sufren estas violencias lo denuncian. Además, el 50% de las encuestadas aseguró haber sufrido algún tipo de violencia en Internet de carácter machista o sexual. El informe también concluyó que 44% de las encuestadas no sabría a dónde acudir para denunciar esta clase de hechos. Y es por ello que esta semana la corporación insular ha inaugurado un servicio especializado.

Ana Lydia Fernández afirma que existen muy pocos recursos con estas características en España y que es pionero en Canarias. En él se brinda desde asesoría sobre qué son las ciberviolencias machistas, pero también apoyo psicológico, jurídico y en materia de ciberseguridad y autodefensa digital. Se trata de un equipo multidisciplinar que trabaja de manera coordinada para informar, difundir y formar a profesionales de la red de violencia de género, docentes, cuerpos y fuerzas de seguridad, o personas interesadas en trabajar con colectivos jóvenes y mujeres. Insiste en que es posible acudir presencialmente al servicio, pero también contactar por redes sociales, teléfono o correo electrónico.

Tanto la abogada especializada en violencia de género como la coordinadora de este servicio coinciden en la necesidad de potenciar la educación afectivo sexual y en igualdad. Ana Lydia Fernández sostiene que es importante “formar y prevenir” para que la juventud sea consciente del impacto que tiene, “porque muchas veces los jóvenes cometen delitos contra sus compañeras o contra una chica sin saber que constituye un delito”, resume. Y lo hacen porque “se han normalizado tanto los distintos tipos de violencia que seguramente saben que no está bien y que las perjudican, pero no saben hasta qué punto constituye un delito” y el impacto que pueden tener sus acciones “sobre las chicas a las que ciberviolentan o acosan”. Por ello, el servicio del Cabildo de Gran Canaria dispone de abundante material que se puede consultar y utilizar en las aulas.

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