''Me han dado de alta para volver a joderme''
“Me han engañado para darme de alta y joderme otra vez. Estoy seco de llorar por la vida perra que me han dado”. Estas frases aparecen en un manuscrito firmado por un policía nacional adscrito a la Comisaría de Distrito Sur de Las Palmas de Gran Canaria que ha permanecido de baja médica desde el 28 de abril de 2009.
La carta fue encontrada en la agenda de uno de sus compañeros y expresa la situación límite que confiesa estar padeciendo como consecuencia de un presunto caso de acoso laboral en el seno de la institución.
El funcionario policial y representante sindical se refiere en la misiva a la comunicación que ha recibido por parte de la Jefatura Superior de Policía para que se reincorpore a su puesto de trabajo en la comisaría donde afirma ser objeto de mobbing por parte de su máximo responsable, el Inspector Jefe Eulogio G.G.
En una grabación a la que ha tenido acceso CANARIAS AHORA, el agente de la policía nacional explica su versión de los hechos. En 2009 fue trasladado a la Comisaría de Distrito Sur de la capital grancanaria con una orden de Madrid para ocupar el puesto de Jefe de Subgrupo de Seguridad Ciudadana, con un horario fijado de lunes a viernes en turno de mañana.
Según sus palabras, nada más llegar fue derivado al departamento de Denuncias con el sistema de rotaciones, que incluye turnos de mañana, tarde y noche. El policía, casado y padre de dos hijos, solicitó la modificación de sus condiciones laborales, amparándose en los documentos firmados por la dirección de personal en Madrid.
''Eulogio me pidió el PF (la orden de Madrid), pero aún así me metió en Denuncias y en los turnos“, afirma. A la semana de ser trasladado a Distrito Sur, el funcionario policial fue requerido en la Jefatura Central para que vaciara su taquilla, desplazándose en coche oficial.
Cuando regresó a la comisaría sur, siempre según su versión, el Inspector Jefe le amenazó con suspenderle de empleo y sueldo durante tres años por “abandono de servicio”. “Me cogió delante de dos inspectores y me montó un comité. Me dijo que era la última que me pasaba y que me estaba vigilando con las cámaras de seguridad”, recuerda.
El agente policial sitúa en el origen del conflicto con el Inspector Jefe su condición de representante sindical. “Les he caído mal por estar con el sindicato, por estar con el megáfono. Me la quieren hacer pagar bien, me quieren echar y me han arruinado la vida, me han hundido”.
De baja desde abril de 2008, la víctima del presunto acoso laboral recibió el alta médica el pasado 10 de junio, tras solicitarla por haberse resentido la economía familiar.
Debido a las malas relaciones que mantiene con el máximo responsable de la Comisaría de Distrito Sur, pidió el traslado a la Brigada Provincial de Seguridad Ciudadana (Conducciones), llegando a entrevistarse con el Inspector Jefe, quien “aceptó de buen grado su incorporación”.
Sin embargo, cuando el traslado estaba encarrilado e, incluso, le habían llamado desde Distrito Sur para que vaciara la taquilla, recibe un comunicado desde la Jefatura Central emplazándole a reincorporarse al puesto de trabajo en la comisaría en la que presuntamente se ha venido produciendo el acoso laboral.
“Estos son los mecanismos que tienen para aprisionarme. Cuando te haces ilusiones, te dicen que no, que aquí no, que vas a ir donde yo digo. ¿Cómo pueden meterme otra vez ahí?¿A quién se le ocurre?”, lamenta.
La Asociación Canaria de Víctimas de Acoso Laboral (Acval) ya ha puesto el caso en manos de la justicia, interponiendo una denuncia al Juzgado de Instrucción.