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El forense constata los continuos malos tratos a Yunaisi

Los dos acusados por la muerte Yunaisi, Inmaculada Vega -madre del bebé-, y quien fuera su compañero sentimental, Yeray González, son “totalmente imputables” en el caso de “homicidio” producido por “zarandeo”. Así lo ha declarado este jueves, José Blanco, el médico forense que realizó el informe previo a la autopsia de la pequeña Yunaisi.

En el juicio que se está desarrollando estos días en Puerto del Rosario, Blanco constató el carácter violento de ambos y la frialdad de Inmaculada. “Me comentó las frecuentes agresiones que tenía hacia las compañeras, a quienes le gustaba dar caña” y destacó, “además con la característica de que parece que sonríe en unas fechas tan recientes.... sonreía mientras me decía que le gustaba dar caña a las compañeras”, insistió. El mismo informe también recoge que Yeray González fue expulsado del colegio “por agredir a un profesor”, como ratificó el forense.

José Blanco fue el autor, asimismo, del informe pericial previo a la autopsia donde se constata que se trata de “homicidio producido por zarandeo” a tenor de las múltiples heridas que presentaba el cadáver. Una fractura costal que se produjo, según los forenses “entre las seis y diez semanas antes de morir”, varias fracturas curadas, múltiples focos de hemorragias en el cuerpo, y lesiones en la cabeza que se infligieron en las 48 horas previas al deceso. Además, tenía un mordisco en la mejilla “provocado por Inmaculada aunque no se puede asegurar al cien por cien”.

Estas heridas “gravísimas”, continúa, constituyen indicios suficientes “para creer que la niña fue sometida a malos tratos a lo largo de sus seis meses de vida”. Además, añadió “nunca la llevaron a un centro hospitalario” donde curarse y “mitigar su dolor con analgésicos”.

Los forenses y peritos que han declarado este jueves, algunos por videoconferencia, no han podido precisar con exactitud la hora en la que se produjo la muerte debido a que “no recibimos información sobre la hora exacta en la que se tomaron las muestras” dos días después del fallecimiento de la pequeña. De esta manera no se puede precisar si en el momento del óbito, su madre se encontraba en el hogar que compartía con Yeray. Lo que sí ha quedado claro, gracias a una testigo, es que el día de autos Inmaculada Vega llegó a su lugar de trabajo con un retraso “de entre media hora y 45 minutos”.

Ambos imputados se enfrentan a un total de 18 años de cárcel por homicidio y malos tratos, y a una indemnización de 90.000 euros. Así lo solicitan la Fiscalía y el Cabildo de Fuerteventura -como acusación particular-. La defensa, por su parte, pedirá este viernes en el informe final la libre absolución y, de forma paralela, el homicidio involuntario.

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