Juicio al lanzaroteño acusado de tentativa de agresión sexual

Tiburcio C. A., acusado de un delito de agresión sexual en grado de tentativa, negó la mañana de este miércoles ante la juez de la sección segunda de la Audiencia Provincial de Las Palmas de Gran Canaria, los hechos que se le imputan y sostuvo que “sólo mantuvimos una conversación normal durante veinte o treinta minutos”.

El acusado, natural de Órzola, en Lanzarote, conoce a la denunciante “de toda la vida” y tienen una lejana relación de parentesco aunque “no nos llevamos bien”.

Por el contrario, la denunciante, Dolores L. C., que padece una minusvalía mental del 50% y esquizofrenia, según quedó demostrado por el testimonio del médico forense, mantuvo durante la vista que el acusado la abordó el 26 de febrero de 2007 “cerca de la zona de bares” de la localidad conejera y la incitó a que se quitara la ropa con la intención de mantener relaciones sexuales.

No obstante, a preguntas de la fiscal, la denunciante -que compareció en la vista a través de videoconferencia desde la isla de Lanzarote- no concretó el grado de violencia y agresión ya que declaró que “casi me quita la ropa, me da un beso y por un poco me tira al suelo”. Este testimonio se contradice con el efectuado ante un magistrado de Lanzarote y la Guardia Civil en el momento de efectuar la correspondiente denuncia.

En ese momento manifestó, según queda recogido en el informe de la fiscal, que el acusado “comenzó a hablar con ella, pidiéndole que se desnudara, que le diera un beso y que le tocara el pene. Ante la negativa de ésta se abalanzó sobre ella tratando de desnudarla llegando a bajarse él mismo la bragueta con evidente ánimo libidinoso”.

Dicho informe prosigue detallando que Tiburcio C.A. no lo consiguió y que ante los gritos de la denunciante, una vecina acudió en su auxilio. Esta vecina, María del Carmen N. P. -que también compareció mediante videoconferencia-, reiteró que acudió en auxilio de Dolores L.C. al oír sus gritos, pero cuando llegó “los dos estaban completamente vestidos, el acusado de pie ante ella y la denunciante sentada sobre una piedra”. La vecina añadió que Dolores en ningún momento la advirtió de haber sufrido ningún tipo de acoso o daño y sólo se limitó a llevarla a su casa.

Supuestas contradicciones

Este testimonio se contradice con el realizado por esta persona días después de ocurrir los hechos, cuando manifestó que al acudir al auxilio de Dolores “ella estaba nerviosa y él agachado delante de ella, aunque los dos vestidos”. La supuesta víctima mantuvo en su declaración que el acusado “me quiso violar” y que había pasado “mucho miedo”.

Durante la declaración de conclusiones, la fiscal consideró probado el delito que se le imputa a Tiburcio y mantuvo la petición de ocho años de prisión, accesorias de inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante igual tiempo y el pago de las costas procesales. Por su parte, la abogada de la defensa resaltó las contradicciones que existen entre las tres declaraciones realizadas por la denunciante y la vecina que la auxilió, por lo que pidió al Tribunal la “libre absolución” de su defendido.

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