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El reto de reconstruir La Palma sin condenarla al turismo masivo

Vecinos de La Palma retiran la ceniza de las calles tras la erupción

Natalia G. Vargas

23 de enero de 2022 21:55 h

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La erupción del volcán de La Palma dejó en el Valle de Aridane 85 días de destrucción. Más de 7.000 personas tuvieron que abandonar a toda prisa sus hogares sin saber si podrían volver o si las viviendas y fincas trabajadas durante toda una vida sobrevivirían a la lava. Ahora, con el volcán apagado, “empieza lo peor”: resurgir y reconstruir. Así lo describe la empresaria Eulalia Villalba, propietaria de una pequeña cafetería en primera línea de playa en Puerto Naos, uno de los principales enclaves turísticos de la isla y que ahora se ha convertido en una zona fantasma. El primer capítulo del nuevo programa de Radio Televisión Canaria Informe Trópico, presentado por Carlos Sosa, intenta dar respuesta a todas las preguntas que han surgido después de la catástrofe.

Una de ellas está relacionada con el modelo turístico que se instalará en La Palma a partir de ahora. ¿Las prisas por la reconstrucción llevarán a reproducir errores cometidos en otras islas en relación con el turismo? El consejero insular de Turismo, Raúl Camacho, es partidario de “aprovechar las oportunidades” que ha dejado la erupción y “convertir al turismo en el motor económico” de la reconstrucción. 

Por el contrario, para el economista Pedro Higinio será necesario huir del modelo de la especulación y el ladrillo. “Lo que está planificado para el Valle es lo mismo que está fracasando en términos de empleo, cohesión social, desigualdad y afección al medio ambiente en Gran Canaria y Tenerife”, apunta. Además, opina que las protagonistas de la zona afectada por el volcán han sido y deben seguir siendo las plataneras. 

Diferentes agricultores han contado en Informe Trópico que la lava ha provocado la pérdida del 75% de la producción. Por otras fincas, como las localizadas junto a la montaña de Todoque, las coladas pasaron de puntillas. Es el caso de la de Pino Monterrey, que pese a no haber desaparecido, ha quedado incomunicada. “Perderemos dos cosechas”, cuenta. 

Otro de los grandes problemas a los que se enfrenta la agricultura es el agua. Muchos sistemas de riego han quedado sepultados bajo un manto negro. La solución que el Gobierno de Canarias encontró mientras el volcán aún estaba despierto fue la inversión de 5 millones de euros en la instalación de las desaladoras. Sin embargo, los agricultores explicaron en el nuevo programa de RTVC que “la mala calidad” del agua de estas estaciones ha acabado con varias plataneras. 

El presidente del Gobierno de Canarias, Ángel Víctor Torres, ha justificado que se optó por esta solución porque era “imposible canalizar agua a través de tuberías”. “Los agricultores prefieren agua que no sea desalada, pero teníamos que tomar una decisión en tiempo récord”, respondió Torres. 

El duelo de los damnificados

El proceso por el que están pasando los más de 7.000 damnificados de La Palma es similar al duelo que se atraviesa tras la pérdida de un ser querido. “Ha desaparecido algo que no vas a volver a ver”, cuenta la psicóloga Estefanía Martín. La profesional recuerda que los vecinos de la isla pasaron por diferentes fases. En primer lugar, la negación. “Estaban seguros de que iban a poder volver”. Después llegaron la ira y el enfado por no recibir pronto las ayudas. Con el volcán apagado, llega el sentimiento de abandono. “Ya las teles se van, ya no vienen políticos, no viene el rey… Tampoco se sabe si los psicólogos vamos a seguir o no. Hay que trabajar ahora las expectativas”, señala Martín. 

Goretti Álvarez, vecina de Todoque, asegura que no solo le duele haber perdido la casa, sino también su barrio. El presidente canario apunta que la reconstrucción definitiva tardará tres años en llegar, y pasará también por obtener un nuevo Todoque y nuevos núcleos urbanos. Mientras tanto, deberán enfrentar varios retos, entre ellos el que se relaciona con la propiedad del suelo cubierto por la lava y la ceniza.

Amanda ha visto cómo la imagen de su vivienda ha dado la vuelta al mundo. Durante la erupción, en su jardín apareció un jameo. Ella y su familia se han planteado sacarle provecho a este fenómeno natural. “He pensado en sacarle provecho. Todo el mundo querrá ver el agujero y la casa. Tal vez el día de mañana haga algo”, cuenta. Amanda tiene claro que rechazaría el dinero que le ofrecieran por expropiarle el suelo donde se levanta su vivienda. “Podemos sacar partido del volcán que nos destruyó la casa, pero espero que nos respeten y que siga siendo nuestra. A mi suegro le costó sacrificio y no cuesta desprenderse. Esto es parte de la historia de nuestra familia”, asevera.

Torres responde que el suelo sigue siendo de las familias y solo dejaría de serlo si el Gobierno de España lo expropia. “El suelo es suyo, pero es diferente lo que está encima de ese suelo”, matiza el presidente. En cuanto a la demora en el reparto de las ayudas y de las viviendas, Torres celebra que se hayan instalado y repartido ya más de 100 viviendas en La Palma en las que los damnificados podrán vivir de manera provisional durante tres años hasta que finalice la reconstrucción definitiva. 

Uno de los obstáculos en el reparto de las ayudas es el fraude. El presidente ha relatado en Informe Trópico cómo los funcionarios se han encontrado con casos de personas que han mentido, asegurando que han perdido una vivienda cuando no era así. 

“Hasta que todo esto que no es más que malpaís pueda ocuparse de nuevo con carreteras o casas queda mucho tiempo”, asegura la directora del Instituto Geográfico Nacional (IGN) en Canarias, María José Blanco. Ella, junto al resto del equipo científico, continúa al pie del cañón aprendiendo del volcán de Cabeza de Vaca. “Poco a poco el volcán tendrá una actividad de gasificación menor y puede que exista lo mismo que en Tagoro (El Hierro). Cuando la erupción finalizó, se produjeron reactivaciones que se prolongaron durante dos años. Esto puede ocurrir, pero no significa que vaya a haber una nueva erupción en la superficie”, explica.

Si esto sucediera, sería siempre en la zona de Cumbre Vieja. Blanco lamenta que durante años en Canarias se haya vivido de espaldas a los volcanes: “Esta erupción ha conseguido poner sobre la mesa de las casas y los gestores el fenómeno volcánico”.

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