Espacio de opinión de Tenerife Ahora
La filoxera amenaza un patrimonio que no se puede replantar
Cuando denuncié que la crisis de la filoxera era consecuencia directa de la “falta de vigilancia” del Gobierno canario, muchos lo leyeron como una crítica partidista más. Pero detrás de estas palabras hay algo mucho más grave: no estamos ante una simple plaga agrícola, sino ante una amenaza directa al patrimonio vegetal vivo más antiguo de Canarias.
Durante siglos, las islas han conservado un tesoro único en el mundo: viñedos descendientes directos de las primeras cepas plantadas desde el siglo XVI. Parras que no han conocido injertos, ni híbridos, ni portainjertos resistentes. Parras que han sobrevivido a guerras, crisis, erupciones y abandonos, manteniendo una identidad genética pura que no existe en ningún otro lugar del planeta vitivinícola. Son, literalmente, la memoria vegetal de Canarias.
Esa memoria hoy está en riesgo. Tras los focos iniciales de filoxera detectados en Tacoronte, La Matanza y Valle de Guerra, la Consejería de Agricultura ha confirmado un nuevo foco en el Valle de La Orotava. Este hallazgo, en un territorio emblemático de la viticultura tradicional tinerfeña, demuestra que la plaga sigue avanzando de manera inexorable. Ya no se trata de una amenaza puntual: es un proceso de expansión que pone en peligro siglos de historia natural y cultural.
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