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El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora

El ADN de los Bento

La exdelegada del Gobierno en Canarias, María del Carmen Hernández Bento (i), felicita a su hermano y nuevo delegado, Enrique Hernández Bento (d), tras tomar posesión de su nuevo cargo. (EFE)

Carlos Sosa

“Mi hermano ha demostrado su saber hacer y compromiso en los puestos que ha ocupado, quizás eso sí lo tenemos de familia porque el ADN te marca un poco”. Son palabras de elogio a Enrique Hernández Bento pronunciadas por su hermana, María del Carmen, al tiempo de abandonar la Delegación del Gobierno para convertirse en candidata del PP al Senado en las próximas elecciones de diciembre. Enrique sucedió a Mari Carmen en un gesto muy propio de José Manuel Soria, que quizás pretende tener a alguien de la máxima confianza en ese puesto en estos meses finales de legislatura. Y posiblemente de gobierno del Partido Popular. Enrique es, sin duda, un colaborador fiel y entregado. Su entrega y compromiso con el Gran Timonel en esta legislatura que languidece le condujo a momentos verdaderamente memorables, como aquel en el que se presentó en el Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente a una reunión a la que habían sido convocadas las instituciones contrarias a las prospecciones petrolíferas de Repsol frente a Lanzarote y Fuerteventura. Nadie lo conocía aún y los convidados canarios tuvieron que preguntarle quién era y qué pintaba allí porque él no pensaba presentarse mi estaba prevista allí la presencia de un representante de otro ministerio, precisamente el de Industria, autor de las autorizaciones que en aquel entonces pretendían anular las instituciones canarias por la vía ambiental. Bento iba a ejercer de comisario, como hizo durante todos estos cuatro años y como continuará haciendo en este tramo final al frente del palacete de la plaza de La Feria. La llegada de Enrique sustituyendo a Mari Carmen no ha sido saludada con alborozo por los funcionarios de la Delegación del Gobierno. Y no porque no estuvieran deseando que se marchara la candidata a senadora, una mujer con carácter que hacía llorar todos los días a varias de sus colaboradoras más estrechas y que ha fulminado a tres jefes de prensa, casi a uno por año. Saben los funcionarios que el hermano no tiene mejor carácter y que se toma esto del ejercicio de un cargo público con la arrogancia de quien cree que lo va a ocupar toda la vida. “Yo no soy mi hermana, ¿eh?, así que actos, los justitos”, fue la primera instrucción que cursó a su secretaría particular. El ADN, como muy acertadamente dijo a La Provincia en la entrevista que publicó este domingo la ex delegada.

Nada de austeridad

María del Carmen se marcha al Senado como premio de consolación después de que Soria descartara presentarla a la presidencia del Gobierno de Canarias en mayo pasado. Fueron los momentos de mayor tensión de cuantos han vivido juntos en los trece años que lleva junto al presidente del PP canario, y ahora que pintan bastos, un sueldito en la Cámara Alta es como si te tocara la lotería. Se marcha Hernández Bento (ella) proclamando –en la misma entrevista a La Provincia- que ella es más honrada y más austera de cuantas personas conoce, y ponía como ejemplo lo poco que ha fundido en “gastos de representación”. Y por los datos que manejamos, parece ser cierta la afirmación: puede que no rebasara jamás los 1.000 euros al año, invertidos en coronas de flores y otras atenciones protocolarias de baja cuantía. Pero donde no ha sido en absoluto austera la ex delegada es en las dietas. Su paso por la Delegación del Gobierno ha batido todos los registros de caprichos, todos ellos muy costosos. Baste el último ejemplo, el más reciente que tenemos documentado: viaje a Madrid el día 13 de octubre, con regreso el 15, para asistir a varias reuniones (Dirección General de Tráfico, Puertos del Estado, Dirección General de Sostenibilidad de la Costa y del Mar y Subsecretaría de Cultura). Lejos de emplear los hoteles incluidos en el lote que ofrece Halcón Viajes, la agencia que tiene contratada el Estado para los desplazamientos de sus altos cargos, la señora Bento exige hospedarse en el hotel NH Sanvy, ubicado en la calle Goya. El precio se dispara hasta los 250 euros cada noche en habitación doble de uso individual, prácticamente el doble de lo normal. Ese capricho obliga a su secretaría particular a redactar una memoria justificativa “por resarcimiento de gastos”, es decir, se le paga al hotel su precio y no a la agencia el precio estándar pactado.

Un cambio de vuelo, 191 euros

No conforme con esa muestra de poca austeridad, la delegada pasa a la Delegación del Gobierno una factura de un almuerzo, teóricamente celebrado con sus homólogos de Cataluña, Navarra y Baleares, por importe de 121,60 euros. Pero no para que se le abone la totalidad del condumio sino la parte correspondiente a su cubierto, es decir, 30,40 euros, lo que significa que los delegados pagaron a escote. Esos 30 euros con 40 céntimos obliga a la redacción de otra memoria justificativa y al pago del importe a la delegada. Y para rematar este viaje, Hernández Bento pide a la agencia de viajes que le cambie el vuelo de regreso a Gran Canaria para no tener que esperar dos horas a la salida del que tenía ya pagado. Eso obliga a emitirle un nuevo billete y al pago de la correspondiente penalización, en total 191,54 euros, casi la misma cantidad que habían costado los que se emitieron de ida y vuelta en el momento de emprender su viaje. En total, la broma costó al erario público más de 900 euros. Ese desapego por el diligente uso de los fondos públicos hace comprensible que en la misma entrevista asegurara que no sabe lo que gana un senador y que tal vulgaridad no es algo que le interese. Lo malo es que su hermano tiene la misma sensibilidad. En la Delegación del Gobierno recuerdan muy bien el día que se cogió tremenda calentura porque, en un fallo de coordinación, nadie envió un coche a su casa para llevarlo al aeropuerto de Gran Canaria, donde debía tomar un avión rumbo a Madrid. Como el coche no fue a recogerlo, el entonces subsecretario de Industria ordenó que se le buscara plaza en el siguiente vuelo porque se negaba a coger un taxi (y pasarle la factura al ministerio) o pedir a alguien de casa que lo llevara. Perdió el vuelo y hubo que pagarle otro billete. Cosas del ADN.

Comprendemos a Mauricio

No es esta la primera vez que José Carlos Mauricio acusa a este periódico de urdir una conspiración en su contra. La anterior se produjo con ocasión del delito contra la seguridad vial que cometió en diciembre de 2010 y que reiteró en febrero de 2011. En el primer caso, lo condenó el Juzgado de Instrucción 1 de Las Palmas de Gran Canaria a una multa de más de 3.000 euros por conducir sin carné, y en el segundo, el de Instrucción 5 por volverlo a hacer dos meses después, con una multa de más de 5.000 euros. Al salir del juzgado tras esa segunda condena se quejó del linchamiento mediático que había sufrido y que achacó a “una vieja vendetta de un poder mediático”. Esa segunda condena fue producto de una investigación de oficio de la Fiscalía al contemplar en televisión las imágenes captadas por un equipo de Antena 3 en las que se le veía conduciendo su automóvil sin haber obtenido todavía el permiso correspondiente. No sabía cómo justificar sus dos delitos, como tampoco ahora parece poder justificar los que le tienen imputado en el juzgado de Instrucción 8 (falsificación y delito contra los derechos de los inmigrantes), lo que nos conduce directamente a comprenderle. Sus recelos contra este periódico datan de hace más de doce años, cuando lo descubrimos en un viaje secreto a Nueva York, a donde acudió siendo portavoz de Coalición Canaria en el Congreso de los Diputados, para visitar el estudio de un afamado arquitecto que había preparado un inmenso proyecto de urbanización del barranco de Veneguera, por aquel entonces propiedad mayoritaria de Banesto (Banco Santander), promotor que pagó el viaje suyo y de todas las personas que le acompañaron. El desafortunado viaje coincidió con las gestiones que hacía el Gobierno de Román Rodríguez, de su mismo partido, por preservar esa zona de Gran Canaria mediante la ampliación del Parque Natural del Nublo, como se hizo a continuación. La noticia de Canarias Ahora nos granjeó muchísimas enemistades pero quizá fuera el primer reconocimiento al periodismo libre que hoy, a pesar de las boberías que dice Mauricio, pretendemos seguir ejerciendo.

Lo que decían los que le defienden

Las hemerotecas son muy puñeteras, y si nosotros podemos presumir de haberle cogido la matrícula a Pepe Carlos desde hace muchos años y de seguir cogiéndosela ahora, otros no pueden sostener su discurso actual puesto en relación con el que aventaban en calendas no tan lejanas. El 6 de noviembre de 2004, un afamado comunicador radiofónico que este martes desbarró como es costumbre hasta inventarse una historia de la que se tendrá que desdecir muy pronto, incluía a Mauricio en lo que él mismo bautizó como el Clan de la Avaricia. Y literalmente sostenía que el conseguidor se había ido a Nueva York “a intentar cerrar la construcción de Veneguera” para recibir “en compensación a sus esfuerzos, un terreno gratis para ubicar un chalé en Santa Brígida, que muchos ciudadanos deberían ver por dentro para que observen cómo un comunista es capaz de ahorrar 200 millones de pesetas ganando escasamente diez millones de pesetas al año”. De las demás burradas que se están diciendo estos días darán cuenta los acontecimientos venideros. Paciencia.

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