Había otros paneles, pero no son tan cool

Nada que objetar a la remodelación de los despachos de sus señorías en el Parlamento, que tienen que tener espacios dignos y ergonómicos para poder desarrollar de manera eficiente la labor que tienen asignada como representantes de los ciudadanos, vaya todo lo dicho sin ningún tipo de ironía, coña o retranca. Pero todos sabemos que una división espacial se puede hacer por un precio razonable o subidos a la parra, que es como pretende que se haga el PP, el mismo partido que presume de reducir gastos en coches oficiales o que reclama un recorte en los derechos sociales de los trabajadores del Parlamento. Los despachos de los grupos parlamentarios se empezaron a remodelar después de las elecciones de mayo atendiendo al resultado de cada formación política y a la irrupción de nuevos grupos, como el de Nueva Canarias/PIL. Pero lejos de exigir a una reforma adaptada a la estructura de cada una de las plantas, diseñada en su día con unos paneles de separación removibles que supongan pocos costes cada cuatro años, la señora Navarro parece preferir optar por los paneles ideales de la muerte con obras que produzcan un resultado final muy vanguardista. Falta por saber si le van a hacer un hueco a los dos diputados del CCN o cuando los eche CC habrá que volver a remodelar con paneles acristalados al ácido. De verdad, hay que jeringarse con estos austeros de pacotilla.