Sólo hay una cosa peor que meter la pata; no sacarla y meter la otra. En esa torpe faena anda empeñado de un tiempo a esta parte el propietario del periódico El Día, nuestro respetado don José Rodríguez Ramírez, el editorialista más dicharachero de Barrio Sésamo y territorios anexionados. Tras la segunda resolución judicial en su contra reclamándole que rectifique sus erróneas informaciones sobre los papeles de México, este viernes se dignó a cumplir con su obligación y publicó algo que pudiera parecer una rectificación pero que, en realidad, salió trucha. En la página 20 del diario de papel, a cuatro columnas, a mitad de plana, con caracteres de segunda noticia y sin fotografías ni alardes tipográficos de ningún tipo, don Pepito largó un titular absolutamente ñoño: “Fallo del Juzgado de Primera Instancia número 5 de Santa Cruz de Tenerife”, al que siguió un texto que parece redactado solo para iniciados y que, en puridad, parece querer recoger las pretensiones de los recurrentes. Los abogados de Ángela Mena, esposa de Paulino Rivero, que es la que ha venido ejerciendo el derecho de rectificación, ya han anunciado que recurrirán nuevamente a la justicia para que el insigne editorialista, el irrepetible faro de Nivaria, rectifique como mandan los cánones, es decir, dedicando a la nota de rectificación el mismo o similar espacio dedicado a la noticia falsa objeto de la rectificación. El culebrón promete porque ya saben cómo se pone nuestro hombre cuando le quitan la razón o lo llaman a capítulo.