No sólo en la Administración canario hay arcanos difíciles de descifrar. También el Gobierno de España, probablemente con la colaboración necesaria de socialistas isleños, hace de las suyas. Lo ha hecho, por ejemplo, con el nombramiento de Enrique Martínez de la Peña como delegado especial de la Zona Franca de Tenerife, un icodense nada cercano al PSOE de cuya trayectoria profesional y política se sabe muy poco, más allá de una anecdótica afición por el Camel Trophy. Los conocedores de la cuestión atribuyen el nombramiento al senador y ex alcalde norteño Aurelio Abreu, sin que se descarte que la delegada del Gobierno, Carolina Darias, haya dejado pasar la bola sin parar el dislate. Porque el nombramiento, además de extravagante, se produce cuando la Zona Franca tinerfeña ha pasado a ser del tipo 2, es decir, camino de convertirse automáticamente en meros depósitos comerciales al quedar fuera del Código Aduanero de la Unión Europea.