No es frecuente que un miembro del Gobierno canario se presente ante la prensa con todo su equipo (secretario general técnico incluido) a hacer balance de lo realizado durante un año, en este caso 2013. Lo hizo este jueves Paquita Luengo, consejera de Empleo, Industria y Comercio, que precisamente asumió ese departamento por renuncia de su anterior titular el 4 de enero del año recientemente fenecido. Fue una rueda de prensa larga porque el formato es arriesgado, pero sirvió para que muchos periodistas conocieran a los miembros de su equipo, algunos de reciente incorporación, como la nueva directora general de Trabajo, Ana Isabel Fernández, o el disparaste que es la Fundación Canaria para el Fomento del Trabajo (Funcatra), que con ocho millones de euros de presupuesto fue capaz el año pasado de colocar a casi 350 personas. Eso sí, dice su titular que da cursos de formación de los serios, no como otros que se sentaban muy cerca de él en la rueda de prensa. Pero la experiencia sirvió para conocer mejor el funcionamiento de un departamento que ?casi nada- carga con la responsabilidad del empleo y de la energía, dos buenos marrones aún más marrones en estos tiempos que corren. Quedó más que patente que esta consejería dedica más tiempo a desactivar las bombas que el Gobierno de Madrid va poniendo a Canarias (“ensañamiento” lo llamó Paquita Luengo) que a generar acciones propias, sin que eso suponga que no las genere. Por ejemplo, dice bastante del pragmatismo de esa consejera haber renunciado a recurrir la reciente sentencia que anuló una parte del concurso de asignación de potencia eólica de 2007 porque, en su ejecución, sin esperar otros cuatro años por el Supremo, corregirá los defectos y acelerará la instalación de los nuevos parques. Dice también mucho de las capacidades de ese equipo haber ejecutado en tan solo un mes los fondos para políticas activas de empleo que Madrid desbloqueó en noviembre, con el riesgo de tenerlos que devolver si no se gastaban dentro del ejercicio económico. O haber convertido Canarias en la región española donde más baja el desempleo o donde más sube la afiliación a la Seguridad Social y el número de contratos, aun habiendo crecido la población activa. O haber hecho aflorar 4.000 empleos de la economía sumergida tras casi 21.000 acciones en su búsqueda. Que el PP la convierta habitualmente en su diana no parece haber hecho mella en esta consejera.