La verdad es que se nos ha puesto un poco esquiva a la par que lejana la alcaldesa de Las Palmas de Gran Canaria, Josefa Luzardo, a la que la voz popular sigue asignando el nombrete de la presa de Soria, no porque se haya detectado grieta alguna en su gestión, sino por la vinculación política que dicen que sigue teniendo con el líder espiritual de la derecha canaria y pata grancanaria del contubernio mauriciano. Ya saben que durante el mes de junio el portavoz socialista, Arcadio Díaz Tejera, pidió hasta en tres ocasiones verse con la alcaldesa, más que nada para que parezca que se normaliza la vida política municipal una vez pasó el ciclón Soria por las oficinas del misterioso hotel Metropol. Pero nada, Pepa no se dejaba y contestó las tres veces que si quería hablar, que el socialista lo hiciera con Paulino Montesdeoca, el portavoz popular. Pues ahora, con el asunto del dique, la alcaldesa ha vuelto a ponerse esquiva y le ha vuelto a decir a Arcadio que nanai de la China, “a ver si te vas a creer que esta es una alcaldía compartida”.