A un portavoz de Riofisa, propietaria principal del Mamotretum, se le escapó que, antes de decretar el cierre del centro, el mismísimo alcalde Soria “telefoneó a Madrid”. ¿Perdón? ¿A Madrid? ¿A quién en Madrid? ¿A la central de Riofisa para darles una explicación de las decisiones que está obligado a tomar? ¿Debe explicaciones a alguien un alcalde que ejerce? ¿Tiene esa llamada algo que ver con la composición del accionariado de Riofisa? Entendemos que, una vez evacuadas las correspondientes consultas, el señor Soria recibió las preceptivas bendiciones, y ésa es la causa y no otra -burocracia madrileña- de que tardara cinco días en cerrar el Mamotretum. No nos imaginamos -la verdad- a nuestro alcalde telefoneando a los propietarios de todos y cada uno de los establecimientos que, en aplicación de sus competencias, el Ayuntamiento ha ordenado cerrar.