Luego están los otros encuentros de postín, aquellos que realmente recuperan las esencias que se pretendían cuando los empresarios congregaban a su alrededor a toda la sociedad representativa de Gran Canaria, con todas las tendencias políticas, sin distinción de religiones, razas, sexos, editoriales y gustos gastronómicos, por decirlo de algún modo. Ese lugar de privilegio lo ha venido a ocupar este año Ángel Luis Tadeo, que se ha instalado en un punto de independencia muy interesante equidistante entre el club de la avaricia -a decir de Chavanel-, y el empresario indiferente e impermeable al que todo le da lo mismo o igual, según sea domingo o laborable. Tadeo ha recuperado el pulso y la sociedad económica, social y política se lo ha reconocido con creces a partir de estas navidades. Y lo que dará que hablar este nuevo año, ya verán.