No hace falta apostarse en la puerta de un juzgado o de una comisaría para poder ir completando el cuadro que ha venido ofreciendo la urbanización Anfi Tauro desde que se produjera aquel prodigioso viaje a la pesca del salmón. Su actual propietario, Santiago Santana Cazorla, ha estado presionando al Gobierno para conseguir lo que él consideraba su derecho, 3.600 camas que añadir a las casi 3.000 que tiene consolidadas y que están aún por construir (no hay indicios de que se estén ejecutando). Ya hemos dicho aquí que había negociaciones con la cadena Starwood, que negociaba para su marca Sheraton y que exigía la garantía de que se podrían hacer esas 3.600 camas antes de comprar. Pero había más ofertas.