No está la UD Las Palmas para convertirse en talismán de nadie, ni siquiera sacudiéndose de encima lo que mucha gente considera gafes. A la marcha de Manolo Torres y el alejamiento de Gonzalo Angulo, que se ha amulado porque los pupilos le han salido respondones, debe seguir en el club alguna santificación con sahumerio, a ver si se ahuyentan los malos espíritus. La cosa se estanca en lo económico, cuestión vital para poder seguir avanzando en todo lo demás, y si encima no se pueden vender palcos a partir del 30 de enero, pues ya se imaginarán ustedes. Pero es que, encima, la burocracia le impide aplazar la deuda con organismos como Hacienda y la Seguridad Social porque para poder presentar para ello las garantías del Cabildo y el Gobierno, (6 y 3 millones de euros, respectivamente), antes debe acreditar estar al corriente de aquellos pagos. Con lo que, ya nos dirán cómo.