A grandes males, grandes remedios. El departamento de agitación y propaganda del PP decidió este jueves evitar una nueva rebelión (que ellos llaman intifada) en el salón del plenos del Cabildo grancanario. Para ello, nada mejor que llenar las butacas reservadas al público con personal de Nuevas Generaciones, a los que sólo faltó hacer la ola y lanzar algún riqui-raca al estilo ya patentado por Arcadio Díaz Tejera. Sin embargo, no es la primera vez que el PP utiliza a sus cachorros como relleno democrático para evitar que la peña les pueda montar un pollo. El mismo José Manuel Soria lo mandó hacer siendo alcalde de Las Palmas de Gran Canaria en uno de aquellos numerosos enfrentamientos que tuvo con la ciudadanía.