Hubo mucho trasiego en ese domicilio teldense, porque además de la máxima autoridad y de su hermano, la segunda máxima autoridad de la parte investigada, pasaron por allí unas cuantas personas. Los testigos presenciales que casualmente tuvieron necesidad de transitar por la calle de Andrés Manjón, identificaron plenamente a dos personas más, un abogado muy guerrero y otro abogado que estuvo a punto de ser muy guerrero al domingo siguiente, pero que tuvo que quedarse en el banquillo en beneficio de otro que se llevó una bronca por parte de su muy bancario cliente. Desde ese cuartel general, muy cercano de otro cuartel general plantado entre plataneras, se dirigió la crisis de una parte de la política y se hizo un seguimiento de los primeros pasos del magistrado Parramón. Desde Telde para el mundo.