El traslado de Frisu costará al erario público un dineral, como ha quedado dicho. Lo que no está dicho, y algunas cosas ya les adelantamos hoy, es qué elementos han rodeado ese traslado, desde la reconversión de Frisu en socio del que llegó a ser su bestia negra, Spanish Pelagic, hasta la presencia en la polémica de Proyecto Eria, una empresa de la que Frisu formó parte y que tiene todos los derechos de la parcela que le pretenden otorgar. Pero lo más grandioso de la historia es que las instalaciones de Frisu en La Luz estuvieron en venta hace muy pocos años, cuando la guerra del frío tocaba a su fin y alguien amenazó al dueño de esos frigoríficos, Martín García Garzón, con el boicot grancanario a sus productos Montesano. Frisu se puso entonces en venta por una cantidad cercana a los tres millones de euros, pero alguien muy astuto, conocedor ya de lo que se cernía sobre el istmo y las concesiones que allí habitan, aplicó la mejor fórmula posible, la de atraerse al enemigo antes de seguir batallando con él o producirle una herida innecesaria.