De entrada, no sé qué quiere decir “acabar” con el PP. Es verbo con varias acepciones y una de ellas, figurada, es la de matar, propensión que el macho Soria atribuyó urbi et orbe a los psocialistas. También es posible que se refiriera al intento del PSOE de erradicar de la faz de la tierra a los peperos; esfuerzo inútil porque siempre habrá derecha, aunque esté ahora necesitada de encontrar dirigentes menos tremendistas y aflore la derecha moderna que permanece ahogada por la actual derechona.Aunque a lo mejor sólo quiso decir, Acebes, que el PSOE pretende acabar electoralmente con el PP, lo que sería otra manera figurada, de evocaciones homicidas ciertamente, de indicar la obviedad de que el PSOE quiere ganarle al PP.No creo disparatado afirmar que en esta tercera forma de acabamiento el cariño es recíproco, pues los populares aspiran también a ganar. La segunda, la de erradicar al PP de la faz de la tierra, no la descartaría del todo; en el buen entendido de que existe la misma reciprocidad que en la segunda.Respecto a la primera, sobre la propensión psocialista al asesinato y al secuestro que dice Soria, prefiero callarme para no entrar en materia de memoria histórica, lo que me llevaría a promover la creación de una Asociación de Víctimas del Franquismo; que no fue aquél chico terror.En cuanto a que el PSOE no quiere acabar con la corrupción, diría que no anda Acebes, en principio, muy descaminado en lo que a Canarias se refiere. Los psocialistas permanecieron impávidos ante los rumores e incluso las certezas. Sólo se movieron algo cuando jueces y fiscales comenzaron a tomar en consideración denuncias de empresarios hartos de pagar, de personas y de funcionarios hasta las narices o de colectivos a los que nadie hacía caso. Algunas de estas denuncias ya estaban de viejo, pero hasta la “descardenalización” de la fiscalía anticorrupción no caminaron.En este sentido de no ejercer los psocialistas su función de control del poder puede aceptarse, como digo, la afirmación de Acebes acerca del poco interés psocialista por acabar con la corrupción. Si bien hago notar que le molesta menos la inhibición en sí que la rabia de que la opinión pueda ver al PSOE como adalid de la campaña de limpieza. Visión a la que él mismo contribuye con sus acusaciones dándole un papel relevante cuando no tiene otro mérito que dejar hacer a la Justicia; no “cardenalizarla”, no sé si me entienden.En cuanto a señalar con el dedo a López Aguilar, diréles que su permanencia en el ministerio podrá ser un error político o no. Hay opiniones distintas. Pero no puede decirse que sea ilegal ni es de recibo ocultar que lo mismo hicieron ministros del PP en su caso.