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La ballena de Soria

Rafael González Morera / Rafael González Morera

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“Los campos de La Ballena están en un lamentable estado y se hunden, y por mucho que se invierta no es viable mantenerlos abiertos”, explicó el concejal de Deportes, Roque Díaz. El edil recordó que el complejo de La Ballena es obra del PP, que los inauguró en 2002 y al poco tiempo ya presentaban defectos. “Por eso hemos optado por trasladar la actividad de esos campos a los dos nuevos que se están construyendo en La Mayordomía”. Díaz afirmó que cuando se abran los campos de Tamaraceite se cerrarán dos de las cinco canchas que quedan operativas, por lo que de los siete originales sólo se mantendrán tres a mediados del próximo año.

El principal problema de las instalaciones deportivas de La Ballena es el terreno. Los siete campos de fútbol, así como los vestuarios y demás edificaciones de apoyo a los usuarios se asientan sobre un terreno altamente inestable. En concreto, sobre una vieja escombrera y vertedero que no fue compactado para su edificación, además de continuar albergando materia orgánica inestable que produce movimientos. Las bolsas de aire que yacen bajo la superficie (producto de las oquedades que pueden formar vehículos y electrodomésticos sepultados) y la gran variedad de materiales que forman la escombrera (lo que dificulta aún más la estabilidad del terreno) produce dos movimientos que tensan y destruyen las construcciones: uno en el sentido del cauce del barranco y otro que empuja desde las laderas.

Esta realidad geológica de este tramo del barranco de La Ballena no fue compensada técnicamente en el proceso de construcción. De esa falta de previsión deriva el grave estado de deterioro actual y la celeridad de este proceso. El informe señala: “La propuesta de consolidación mediante métodos técnicos nos deja en una situación poco realista por la enorme extensión de la superficie a tratar. (?) nos hemos ido acercando a la propuesta de utilizar una solución mixta en la que se combine la consolidación natural en grandes áreas (mediante arboledas) y otras de menor extensión que nos permitan una consolidación suave mediante vibro-compactación”.

Las instalaciones deportivas de La Ballena han supuesto un desembolso desde el inicio de las obras en el año 2001 de más de 12 millones de euros. De esa cantidad, 9'5 millones se dedicaron a la construcción del proyecto. Sólo tres años después de su apertura, el Ayuntamiento ha tenido que realizar diversas inversiones para contener el deterioro producido por los constantes corrimientos de tierra. Así, desde el año 2005 hasta la fecha se han realizado obras por valor de 2'6 millones de euros. Una inversión que, sin embargo, no ha impedido el cierre de la mayor parte de las instalaciones e, incluso, el derribo de algunas por motivos de seguridad.

Básicamente, dos fenómenos deterioran constantemente las instalaciones deportivas de La Ballena. De una parte, los hundimientos del suelo; de otra, los movimientos del terreno. En el caso de las edificaciones (vestuarios y cafetería), los hundimientos han provocado que algunas estructuras se hayan 'enterrado' hasta 64'60 centímetros bajo su posición original a ras de suelo. En algunas ocasiones este hundimiento se ha producidos casi por igual en toda la edificación, lo que es un problema menor dada la situación general. Pero la mayoría de los vestuarios y la cafetería han sufrido variaciones asimétricas (unas fachadas o unas esquinas que se hunden más que las otras) que generan una situación potencial de ruina estructural. Por su parte, la ondulación de algunos campos de fútbol (por el hundimiento parcial del terreno) los hace impracticables. Los accesos a los terrenos de juego también se ven afectados por el continuo corrimiento de los escombros sin compactar sobre los que se asientan las instalaciones deportivas de La Ballena.

Cerca de 3.000 niños de una docena de clubes de fútbol base de Ciudad Alta tendrán que ir hasta Tamaraceite para poder entrenar y jugar sus partidos, una vez que el gobierno municipal ha decidido desmantelar el complejo de campos de La Ballena por los riesgos que suponen para los menores su mal estado de conservación derivado de una deficiente construcción. Aunque la decisión de trasladar a los jugadores de estos campos ya está tomada no podrá llevarse a la práctica hasta la segunda mitad del campeonato, a comienzos de 2010, cuando se calcula que pueden estar operativos los dos campos de fútbol de La Mayordomía que suplirán en parte a los siete de La Ballena.

Mientras, los niños del fútbol base de Las Palmas de Gran Canaria seguirán expuestos a lesiones que pueden ser incluso graves dado el estado de los terrenos de juego. Y el Partido Popular sin decir esta boca es mia. Un auténtico desastre.

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