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Carta de Soria a las viudas canarias
Soy ultraliberal, creo en la empresa privada por encima de todo. Por eso me gusta desmantelar las instituciones públicas. Los empresarios crean riqueza y yo desde las instituciones les ayudo a aumentar sus riquezas. Cuando yo era alcalde, la empresa de Santana Cazorla ganó 1.300 millones de pesetas de beneficios porque mi Ayuntamiento le compró la fábrica de La Favorita. Unas instalaciones que, ocho años después, apenas puede aprovechar el Ayuntamiento. Parece que Toñi Torres, la mujer que yo puse a dirigir mi partido en Telde, también se llevaba muy bien con Santana Cazorla y el juez del caso Faycán está estudiando esas relaciones. Que manía la de estos jueces de sospechar de los políticos que tratamos bien a los empresarios.
Desde el Cabildo seguí apoyando a las grandes empresas. Como presidente, decidí vender a una empresa multinacional una fábrica de yogures y leche que en la práctica pertenecía a los ganaderos grancanarios. Otra decisión muy social fue dejar en manos de una empresa de las hermanas Koplovich los Servicios Sociales del Cabildo. Todavía la corporación continúa pagando las indemnizaciones por contratos laborales fraudulentos realizados durante mi mandato.
Después de ayudar a los grandes empresarios, me propongo beneficiar a las viudas. Lo dije el lunes en el Parlamento: “Quiero que los presupuestos autonómicos sirvan para ayudar a las viudas canarias”. Pienso en esas mujeres tristes, enlutadas, heterosexuales (claro) que han perdido a su compañero, y siento un deber de servicio público. Pienso en esa casa que les toca heredar, y ese tremendo impuesto que tienen que pagar.
No quiero que las viudas pierdan su casa y se tengan que ir de alquiler. Yo sé lo que es vivir de alquiler. Durante año y medio tuve que pagar (bueno, es un decir) 1600 euros mensuales a la empresa de un amigo que me alquiló un chalé. Con mi modesto sueldo de Presidente del Cabildo me vi muchas veces apurado y durante más de un año no pude hacer la transferencia del dinero del alquiler en el banco. Mi casero me hizo una factura en una hoja de una libreta que compró en una tienda de todo a 100. Por eso, porque sé lo que es estar jodido y tener problemas para llegar a fin de mes, como Esperanza Aguirre, comprendo a las viudas canarias. Mi amigo no me echó de la casa, José Ignacio tuvo una paciencia a prueba de molinos de viento.
Y para que no sufran lo que yo he sufrido con mi alquiler, propongo eliminar el impuesto de sucesiones para ayudarlas a ustedes, queridas viudas de las Rehoyas, de Escaleritas, de La Paterna. Dicen los socialistas que es una medida para los ricos. Son unos difamadores. Sí, ya sé que cuando un hijo o una viuda hereda una vivienda que es residencia habitual de quien se muere, y cuesta menos de 150.000 euros, o sea, cualquier vivienda de Escaleritas, las Rehoyas o La Paterna, según la ley actual esa casa está exenta del pago del impuesto de sucesiones. Pero estoy pensando en esa cantidad de viudas que no se pueden beneficiar de la ley estatal que ya existe. Esas mujeres que heredan un chalé como el que yo tengo en Tafira, de 340 metros cuadrados. Puede ser que a sus maridos no les dio tiempo de poner la casa o varios apartamentos en el Sur a nombre de una empresa. Entonces esas viuditas tienen que pedir un préstamo para pagar el impuesto. Me dirán que con el dinero de la renta de los apartamentos podrían pagar el impuesto, pero ¿y si los inquilinos no pagan su renta? Porque yo conozco a inquilinos que no han pagado su renta. Pregunten a los hermanos Esquivel, que creo que alguna vez han alquilado alguna casa. Seguro que han tenido algún caso inquilino moroso.
Sé que quitando este impuesto la comunidad autónoma dejará de recaudar 40 mil millones de pesetas durante esta legislatura. Pero eso lo voy a arreglar con otras medidas supersociales. Por ejemplo, tengo una propuesta para los empresarios que cada año se ahorran 1.000 millones de euros en impuestos gracias a la Reserva de Inversiones de Canarias. Les propondré que me presten el dinero que no pagan a Hacienda y les devolveré los 1.000 millones más los intereses. También quiero dar 300 euros de ayuda a los jóvenes que alquilen una vivienda, aunque esa medida no me ha dado tiempo de incluirla en los presupuestos de 2008. Que me perdonen los jóvenes. Es que me preocupé tanto por las viudas de Tafira y por los empresarios de la RIC, que se me fue el baifo y no me acordé de sus alquileres.
Un beso a todas, queridas viudas.
Pepe Manuel.
Juan GarcÃa Luján
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