Espacio de opinión de Canarias Ahora
Clavijo en su soledad
Fernando Clavijo está contra las cuerdas, y en la más triste soledad, pese al apoyo aparente momentáneo del Partido Popular, y el baboso y claudicante de Casimiro Curbelo, y dos silbidos gomeros. Desde que perdió su auto en La Laguna, Clavijo viene dando claros ejemplos de esquizofrenia política. El exconsejero de Sanidad, Jesús Morera, le hizo una acusación muy grave en los recortes que Clavijo le ha hecho a la Sanidad pública, cuando le ordenó a Morera suprimir los gastos para pacientes afectados por la hepatitis C, o que al menos pagaran una parte los afectados, y Morera con buen criterio le recordó que había pasado en Galicia, donde hay dos altos cargos del Gobierno gallego acusados de homicidio imprudente por retrasar el tratamiento y morirse dos pacientes. A Clavijo no se le ocurrió otra cosa que decirle a Morera “¡aquí se viene llorado!”, y el consejero de Sanidad le lloró sus cuitas a Patricia Hernández, tales y cuáles.
Pero muerto el perro (perdón señor Morera), se acabó la rabia. Ahora Clavijo fiel a su anunciada política de gobernar para los empresarios, colocó a José Manuel Baltar, Vicepresidente de la Clínicas Privadas de España, en la Consejería de Sanidad, que ha prometido solucionar el tema de las listas de espera por la vía ¡vive Dios! de dotar con más dinero los conciertos sanitarios con las clínicas privadas, y dos aguas de San Roque. María Australia Navarro, portavoz del Partido Popular, se ha apresurado a apoyar a este plan de fomentar el apoyo con dinero contante y sonante a las privadas para con la gracia de Dios reducir las listas de espera de un siglo a cincuenta años para los que no puedan pagarse un concierto de tomo y lomo, y el novosociolisto gomero, Casimiro Curbelo, terminó aplaudiendo hasta con las orejas y silbando al modo, con almogrote de postre para que no hubiera o hubiese ninguna equivocación.
Al fondo de todo este panorama, que también abarca un futuro nada halagüeño para la Educación Pública, la debilidad de Clavijo es más que notoria porque hasta el propio portavoz de Coalición Canaria, José Miguel Ruano, tiene ciertas diferencias de “matices” con su presidente, y la autorizada voz de Juan Manuel García Ramos, presidente del Partido Nacionalista Canario (PNC), también ha marcado distancias y ha proferido advertencias a Clavijo de que el camino que ha tomado no es correcto, y por si fuera poco le ha endilgado al presidente del Cabildo Insular de Tenerife, Carlos Alonso, un buen “rapapolvo” político, para que haga una autocrítica sobre el estado de las carreteras de la isla, y que no esté haciendo una política insularista porque Coalición Canaria se debe a dos millones de personas, a todas las islas Canarias. García Ramos ha dejado bien claro en varias ocasiones que el mejor pacto era el que existía entre CC y PSOE, y además ha defendido con datos y rigor en anteriores ocasiones a la exconsejera socialista majorera Ornella Chacón de los ataque furibundos de Carlos Alonso. El panorama de Clavijo no puede ser más débil, y de una forma insólita gobierna Canarias con 18 diputados y los apoyos exteriores del PP y AGS.
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