Espacio de opinión de Canarias Ahora
Después de la calima
No estuve en el congreso del PSC-PSOE en Tenerife, pero dicen las crónicas que la mayor parte de la tierra que había en la atmósfera se la tragó Arcadio Díaz Tejera y los suyos de él mismo. Si te apuntas a ser cabeza de ratón la jugada te puede salir bien si eres capaz de pactar a tiempo la paz con el gato que te puede comer. Pero si corres, corres, corres y mantienes la carrera hasta el final del trayecto, lo más probable es que el gato te coma, a no ser que te hayas creído los dibujos animados de Tom y Jerry, donde el gato es tonto y se pega un partigazo entre las risas del ratón.
Y fíjense que hablo del gato, porque al ganador del congreso del PSC-PSOE no se le puede llamar león, su victoria fue tan ajustada que no estamos ante el rey de la selva, ante la fiera que se impuso frente a todos los animalitos. Estamos más bien ante un cirujano que tiene ganas de curar las heridas. Y comenzó a curarlas cuando formó a su ejecutiva, integrando a defensores de la candidatura rival.
Cuando apenas queda un año y medio para las próximas elecciones, el PSC de José Miguel Pérez lo tiene más complicado que López Aguilar. El eurodiputado volvió a echarse el pisto con sus victorias electorales. Pero se olvida que la frase orteguiana decía “yo soy yo y mi circunstancia”, y no “yo me mi conmigo”. La circunstancia de José Miguel Pérez es más complicada que la de su antecesor: se acabó el efecto Zapatero, el paro y la incertidumbre económica tiene a la gente muy jodida, y en tiempos de incertidumbre el péndulo se mueve siempre a la derecha.
En Canarias la derecha está unida en un perfecto matrimonio de intereses, con dos dirigentes que ya se repartieron el territorio y los papeles, para mí Occidente, las romerías y el cachorro, para ti Oriente, los tribunales y el sport fino. Para los dos la compra de los medios de comunicación y el reparto entre amigos de las privatizaciones de los servicios públicos. Con este panorama Pérez tendrá que construir un discurso que no dedique a recordar las victorias del pasado, sino que ilusione para buscar una victoria en el futuro. Una victoria imposible con este sistema electoral y con un pacto de cemento sobre especies descatalogadas. Sólo la división de Coalición Canaria o la entrada de otras fuerzas que impidan que PP y CC sumen 31 hará posible romper el actual régimen político.
Pero ahora mismo el discurso del nuevo PSC-PSOE es una incertidumbre. Los nombres de la nueva dirección tampoco aportan mucho. Hay una combinación de caras jóvenes con lo más rancio y repetitivo del partido. El psoe de Tenerife aporta a algunos con cuentas pendientes con la justicia. Más allá del “unidad, unidad, unidad” habrá que ver si proponen un proyecto de una Canarias diferente. Si nos fijamos en las familias socialistas, está claro que los saavedristas ganaron a los parientes de López Aguilar. Resulta curioso leer crónicas que definen a Pérez como el representante del sector crítico a López Aguilar, a pesar de que es imposible encontrar en la hemeroteca una frase crítica de Pérez a su antecesor en el cargo.
Pero la política debería de dejar de estar marcada por los apellidos, sería interesante que fueran las ideas y los programas los que centren el debate. Quizá esa debería ser la primera tarea de José Miguel Pérez, el hombre que ganó en los días de calima. No basta que con que Pérez haga de cirujano que cura las heridas de los suyos, también es necesario que demuestre que la nueva dirección del PSC-PSOE tiene un horizonte diferente que ofrecer, que es capaz de plantear una alternativa diferente al pacto de sangre de PP-CC, que convenza a la gente que la alternativa al abismo no es un paisaje con calima.
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Juan GarcÃa Luján
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