Las dudas de Inés Rojas

Como siempre se llamó a los periodistas para que se hicieran eco de esa concentración. Como siempre después del minuto de silencio los micrófonos se acercaron a la representante del gobierno canario. Quizá porque está harta de decir siempre lo mismo, quizá porque está preocupada porque seis mujeres muertas de forma violenta en siete meses en Canarias es un balance terrible. Quizá porque alguien le comentó que los medios están hablando demasiado del asunto y que tal vez se pueda producir un efecto imitación. El caso es que la consejera Inés Rojas en lugar de responder a los periodistas se puso a hacerles preguntas: ¿publicamos los datos?¿publicamos que ha muerto una mujer más víctima de la violencia de género?¿el hecho de que otro lo ha hecho puede tener un efecto imitación?

La consejera contó que había enviado una carta a la ministra de Igualdad para trasladarle su inquietud sobre la publicación o no de las muertes por violencia de género y sobre las órdenes de alejamiento a los maltratadores. Lo dijo después de dar los datos a nivel estatal sobre estas órdenes. Las dudas de la consejera no deben ser muy profundas, porque ayer hizo todas esas cosas que ella considera que podrían influir negativamente en la lucha contra el maltrato: concentración ante los medios de comunicación, difusión de datos sobre el maltrato, confusiones de sus dudas ante los micrófonos.

Con todos los años que lleva en política Inés Rojas ha tenido tiempo para aprender que los responsables públicos no están para hacer preguntas sino para dar respuestas. Cuando tienen dudas deben encargar informes, consultar a los técnicos, leerse las investigaciones que hay sobre los temas y después ofrecer algunas respuestas. Nada de esto ha hecho Inés Rojas en su consejería. El fracaso de la aplicación de la Ley de Dependencia y la nula política en inmigración (seguimos con el Plan de Inmigración 2002-2004) son dos pruebas claras.

Dice la consejera que quizá las noticias sobre muertes de mujeres por violencia de género pueden provocar un efecto de imitación. Existe un estudio que dice lo contrario. Investigadores de la Universidad de Alicante (UA) y del Centro de Investigación Biomédica en Red de Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP) analizaron los contenidos televisivos entre 2003 y 2007 en (TVE, Telecinco, Antena 3, Cuatro y Canal+ ) . Los investigadores llegaron a dos conclusiones: la difusión de estas noticias tiene un efecto protector y debe elaborarse una guía de estilo periodístico para este tipo de noticias.

La Ley Canaria de Igualdad aprobada en febrero pasado en el Parlamento Canario plantea la creación de un Observatorio de Igualdad. Desde ese observatorio se podrían realizar esos informes que demanda la consejera Inés Rojas y también se podría proponer la elaboración de una guía de estilo periodístico. Lo ideal sería que se haga con profesionales de la comunicación y que se haga desde abajo, porque ya en la época de Marcial Morales el gobierno canario firmó con los directores de medios de comunicación un decálogo sobre el tratamiento de los inmigrantes en los medios. Aquello no sirvió para nada, precisamente han sido algunos dirigentes políticos como Paulino Rivero (que en campaña electoral utilizó la palabra “invasión” para referirse a los inmigrantes) o Isaac Valencia (“los moros nos van a llevar por delante”), y los medios de comunicación públicos los que más han incumplido aquel decálogo.

El estudio de la universidad de Alicante insiste en la importancia del tratamiento periodístico que se hace en los medios de comunicación. El gobierno canario es el titular de una televisión y una radio que nos tienen acostumbrado a la búsqueda de la lágrima, al testimonio visceral, al enfoque amarillo de las noticias sobre muertes violentas y sobre desapariciones. Los periódicos afines al gobierno y buena parte de las televisiones que lograron (de forma ilegal) licencias de TDT en Canarias siguen esa misma línea. Por ahí podrían empezar. Predicando con el ejemplo.

Juan García Luján