Los fogones de la Moncloa trabajan a destajo

La reforma laboral, tiene más detractores que asumidores, a pesar de tener conciencia que algo habrá que hacer, para paliar, en parte, la intransigente posición empresarial, que considera escasa la reforma, y los sindicatos, todo lo contrario, entienden que perjudican a los trabajadores. Ante éste dilema, el optimista Zapatero ha puesto manos a la obra, y haciendo encaje de “bolillo” a embarcado al Partido Popular, que con un “voto favorable, pero muy crítico, en palabras de la Sra. Sánchez Camacho; ha venido a sacar del apuro al gobierno, e intentando, con su ”muy crítico“ comportamiento, el que los trabajadores, sigan creyendo en aquella cancioncilla de nuestra niñez ”Vamos a contar mentiras“ que de forma reiterada ”cantan“ los voceros de la ”neoliberal“ derecha española.

La segunda patata caliente del ejecutivo está en la regulación de la prestación por desempleo, que cada día cuesta más a las arcas del Estado, pero que es fruto de no querer tomar, como vulgarmente se dice “el rábano por las hojas”. Son muchos los trabajadores que recuerdan épocas pasadas, en las que el perceptor, era llamado sorpresivamente a comparecer en las Oficinas del INEM o en otras ocasiones los perceptores realizaban trabajos de limpieza de calas y playas; hoy en manos de empresas que pagan mal y tarde, pero que reparten dividendos entre sus accionistas, o sus omnipotentes propietarios hacen crecer sus c/c de forma exponencial.

Si la ciudadanía en general es conciente que la economía sumergida, hace su agosto en la crisis, no es menos cierto, que el Ministerio de Trabajo no quiere acometer en profundidad, la persecución de ese modus operando, que alcanza su mayor cota, cuando la crisis toca en la puerta de ese Sur de Europa, llamado España.

En Holanda, la retribución por desempleo es muy superior a la percibida en nuestro país, pero también es fruto de las retenciones efectuadas a los trabajadores y la aportación empresarial. Pero, si un desempleado holandés es descubierto infraganti haciendo alguna chapucilla remunerada; la infracción es castigada de forma contundente, por lo que, en general, los ciudadanos de los Países Bajos, no se arriesgan a trabajar de forma clandestina, por el temor a perder los beneficios del paro; algo que en nuestra “vividora” tierra es de uso común de empresarios y trabajadores, y más lamentable aún, que siendo conscientes los poderes públicos del fraude, no ponen remedio, dotando de mayores recursos humanos a las Inspecciones de Trabajo y a una supervisión pormenorizada, del trabajo de éstos, que también suelen hacer la vista gorda, en muchas ocasiones.

Otro de los “fogones” que trabaja a toda pastilla es el que intenta “cuadrar” las partidas de los próximos presupuestos generales del estado. Ahí, a pesar que inicialmente, se “cocinaba” a fuego lento. La proximidad de las fechas, exigen ya de una auténtica ebullición, pues sí al inicio el PNV, parecía dispuesto a apoyar, a cambio de ciertas concesiones, algo no muy bien visto por el gobierno vasco de Paxi López, que pide estar presente en las conversaciones, ya no las tiene todas consigo nuestro optimista presidente. Vista así las cosas, ya no sólo presagiamos calor ambiental, sino que, en lo político, el debate de los P.G.E., pasarán inexorablemente de los fogones al horno. Sólo cabe esperar que la serenidad de la gallega Elena Salgado, cerebro “gris” de éste gobierno, a pesar que a muchos de sus “colegas” de mesa, no les caiga muy bien sus formas de hacer; podríamos decir que, la Sra. Salgado tiene muy claro a quién tiene que “tocar” a la hora de la fiscalidad, pero que le molesta sobremanera la “locuacidad” de algunos de sus compis de gobierno. El tiempo nos dará la razón A la Agencia Tributaria, le esperan días de arduo trabajo, algunos ya finalizados, y puestos en el punto de mira de la Inspección. Y a las NN.GG. del empresariado español, que está muy alejada de lo que en todos los países democráticos, se entiendo como “aportación” al Desarrollo del país, los nuestros le ponen “patitas” a los “Big Laden” intentando alejarlos del largo brazo del Fisco. Quizás va siendo hora que los políticos, sin distinción de siglas ni credos, unan sus esfuerzos, para erradicar de forma ejemplarizante, la fuga de capitales, que desgraciadamente, es moneda habitual de éste pícaro país. Es duro y doloroso tener que escribir sobre el tema, pero la cruda realidad se imponen, o somos capaces de asumir nuestras virtudes y defectos, o de ésta crisis, no se saldrá tan fácilmente, pues la estamos asumiendo como país rico, sin pararnos a reflexionar que nuestra riqueza es una falacia. El capital está en manos de unos pocos, que viven de la sangre y el sudor de la mayoría.

Antonio Ortega Santana