Contra la ignorancia, datos

18 de marzo de 2021 11:35 h

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Empiezan a llegar buenas noticias. Dentro del páramo devastado en lo que se está convirtiendo la sociedad fruto de la pandemia que ha asolado el planeta en 2020 y lo que llevamos de 2021, cualquier brillo en el horizonte, nos debe llamar positivamente la atención. De este modo, lo que fue un anuncio político ya está publicado oficialmente desde hace unos días en el BOE, y es que se han articulado la movilización de once mil millones de euros para financiar ayudas directas, reestructuración de balances y la prórroga de moratorias fiscales y concursales en donde se establecen una serie de medidas directas para intentar reducir los efectos económicos generados a partir de la declaración del Estado de Alarma en España.

De la totalidad, siete mil millones de euros se canalizarán a las empresas y autónomos. Estos tendrán carácter finalista, empleándose para satisfacer la deuda y realizar pagos a proveedores y otros acreedores, financieros y no financieros, así como los costes fijos. Con tres mil millones de euros se adoptan medidas de flexibilización de los préstamos ICO, permitiendo renegociar condiciones con las entidades financieras privadas que los instrumentalizaron para, de forma indirecta, proteger la estabilidad financiera. Por otro lado, para empresas y operaciones de mayor tamaño que necesiten un refuerzo adicional de su capital, se redirigen mil millones de euros. Por último, con la finalidad de evitar que los ERTES se conviertan en ERES y estos a su vez en concursos de acreedores a través de las suspensiones de pago, se extienden hasta finales de año las moratorias de dichos procesos concursales.

¿Y cómo sale reflejada Canarias? Pues, junto a Baleares, de los siete mil millones de euros, dos mil millones se destinan a ambos Archipiélagos que, a su vez, se repartirán de forma proporcional al peso de cada Comunidad Autónoma en la caída en 2020 de los afiliados en términos netos descontando el efecto de los ERTE. Pero ¿es lógica esta distribución? Para responder, nada mejor que poner los datos sobre la mesa de carácter económico y laboral del cuarto trimestre de 2019 y 2020 para ambos ámbitos territoriales.

Baleares, a la finalización de 2019 tenía una población activa de 632.800 personas, mientras que en Canarias era de 1.157.700. Respecto a la población ocupada, mientras que las Islas Baleares tenía 570.100 personas, en Canarias había 940.300. Teniendo en consideración la población parada, mientras que en Baleares ascendía a 62.740 personas, en el Archipiélago canario llegaba a las 217.400 personas. En Baleares, en el cuarto trimestre de 2020 había 633.700 personas, 523.800 personas y 109.900 personas, mientras que en Canarias eran 1.106.500 personas, 827.400 personas y 279.000 personas, respectivamente. En términos porcentuales, la variación de la población activa balear ha sido del +0,14%, mientras que en Canarias ha sido del -4,42%. Respecto a la población ocupada, los porcentajes baleares y canarios son del -8,12% y del -12,01%, respectivamente. Y, por último, sobre el paro, en Baleares ha crecido en un 75,16% y en Canarias en un 28,35%.

Tomando en consideración la tasa de paro, la balear es del 17,34% y la canaria es del 25,22%, si tenemos en cuenta la población en ERTE, que en el Archipiélago mediterráneo llega a 38.649 personas y en Canarias asciende a 89.559 personas, dicha tasa alcanzaría la cifra de 23,44% para Baleares y del 33,31% para Canarias.

En otro orden de cosas, mientras que en 2020 en España caía un -9,05%, en Canarias lo hacía en un -20,02% y en Baleares en un -27,00%. Ahora bien, respecto al PIB per cápita, en Baleares es de 28.213 euros y en Canarias es de 21.244 euros, siendo la media nacional de 26.426 euros. En definitiva, nos parecemos poco, salvo que somos islas con una distribución sectorial de la economía similar. Y no digamos nada si hacemos un ejercicio de comparación con alguna otra parte del territorio nacional. Aun así, si todavía hay parte de la sociedad a la que le parece inapropiada la distribución, necesitaremos más datos, pero tengamos en cuenta que nos debemos centrar, no tanto en su necesidad, sino en su suficiencia.

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