Espacio de opinión de Canarias Ahora
Como el junco
Desde el paro a la Educación y la Sanidad, por no citar otros. También destacaría que es Soria quien se ha expresado con la mayor claridad al reclamar para sí la presidencia; por más que su pretensión sea más altanera que congruente. Me explico.
Tiene razón al quejarse de la ley electoral que permitió a CC empatar a 21 diputados con el PP, que le sacó 70.000 votos de diferencia. Pero ha de estarse a las duras y las maduras: él se benefició de esa misma ley electoral para acceder al Gobierno en 2007, frente a los 26 diputados de López Aguilar. Que no clamara entonces por la reforma que ahora exige indica que no lo guían criterios democráticos sino el oportunismo de llegar al poder como sea. Soria concibe la política en términos personales y de ahí la incongruencia de estar ahora contra lo que antes le aprovechó. Según convenga. Para más inri: ¿se imaginan ustedes la que hubiera formado si en 2007 López Aguilar reclama la presidencia con 5 diputados más que ahora el PP?
Hay quienes dudan de que Paulino y Soria lleguen a un acuerdo dado el deterioro de sus relaciones personales. Lo que responde a la ingenua creencia de que no responden a los intereses de la derecha económica, muy capaz de obligarlos a tragarse los sapos que sean y suscribir el apaño. Quien paga (las campañas) manda. Siempre queda el recurso al tópico de que la política hace extraños compañeros de cama; el que acuñara el opudeísta López Rodó al cogerse al bracillo electoral de Fraga que había tratado de convertir el caso Matesa en causa general contra el Opus.
En cuanto al PSC, muchos prefieren que pacte con Paulino para cortarle el paso a Soria. Y tampoco faltan quienes se inclinan por un arreglo con el PP y desplazar al nacionalismo insularero. No creo que la derecha económica, aun prefiriendo a CC-PP, que tantas satisfacciones le ha dado, rechace de plano la posibilidad de que el PSC entre en el Gobierno de segundón puesto que, a la hora de la verdad, los psocialistas tragan carros y carretones y son tan domesticables que ellos mismos se encargaron de quitar de en medio a López Aguilar y a Santiago Pérez que tanto llegaron a inquietarla de echados al monte. En los dos casos lo tienen feo los psocialistas que podrían a tirar por la borda muchos de los votos que todavía conservan, como les advirtió López Aguilar.
Más importante, a mi entender, es lo poco que tiene que ver la política con el día a día. El tremendo castigo electoral al PSOE, por ejemplo, no ha sido porque el PP hiciera propuestas, pues no sabemos qué ofrece Rajoy. Y digo Rajoy debido a que a su lucha con Zapatero se han plegado estas elecciones convertidas en una primera vuelta, en una macroencuesta de cara a las generales. A la pugna por La Moncloa como única referencia se correspondió la campaña electoral que acabamos de padecer: los temas locales, insulares y locales no tuvieron presencia; salvo para decir que Rajoy sueña con los aguacates de Mogán y viene a cada rato a satisfacer su adicción; y que Zapatero no duerme pensando en el modo de hacer más felices a los canarios. Los intereses de los dos líderes y de sus respectivas cúpulas se mueven entre Ferraz y Génova con La Moncloa de final de trayecto; el resto del país sólo sirve para nutrir las respectivas vitrinas de trofeos en su particular Pichichi. Lo de Cristiano Ronaldo y Messi como alegoría. De ahí cuanto les irrita, a unos y otros, que las comunidades con personalidad más acusada quieran vitrina propia. Paradigma del voto mirando a Madrid es el de Las Palmas de Gran Canaria que, como el junco, se inclina siempre a favor de la ventolera reinante.
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