Montañas Sagradas

Como es natural, los vecinos de La Cumbre estamos contentos y orgullosos por la declaración del paisaje cultural de Risco Caido y Las Montañas Sagradas de Gran Canaria como Patrimonio Mundial. Nosotros, los habitantes de este territorio, hemos creado a lo largo de unos dos mil años una cultura singular, rica y diversa en un espacio único e incomparable que, por fin, empieza a recibir un reconocimiento merecido.

Sin embargo, llegamos a este punto con sentimientos encontrados, ocupados desde hace tiempo en conseguir la mejor gestión para este tesoro que, somos conscientes, dista mucho de la que se ejerce en la actualidad. 

Somos responsables de una joya frágil y delicada que se acaba de colocar en el escaparate, sin que tengamos conocimiento apropiado de ella, y sin haber dispuesto las medidas adecuadas para que goce de la vigilancia y control que garantice su conservación en las mejores condiciones. Además, expuesta ante un público que nos sobrepasa en mucho, que probablemente se multiplique en poco tiempo y que, en alto porcentaje, carece de la consciencia y sensibilidad que merita este patrimonio.

Este espacio reúne casi todas las figuras de protección y reconocimiento que existen a nivel regional, estatal e internacional. Existen instrumentos de planeamiento para cada rincón, pero pocos de ellos, por no decir ninguno, se han implantado con éxito. Por diversos motivos, no contamos con los medios que permitan el cumplimiento de planes o normativas y gran parte de estos documentos se encuentran desfasados, ya que, entre otras cosas, apenas hay referencias al sector turístico.

Estamos ante una oportunidad hermosa, ante nosotros la posibilidad de sostener nuestro entorno, nuestro patrimonio, nuestra idiosincrasia como motor de desarrollo. La posibilidad de mimarlo desde el conocimiento, la paciencia, la reflexión, el consenso y la participación contundente de la población local. 

Habrá que reajustar muchas cosas pero, desde luego, el principal problema al que nos enfrentamos no es la falta de planeamiento, es la preocupante incapacidad que venimos demostrando durante demasiado tiempo para ejecutarlo. Es el momento, toca pasar de los discursos bonitos a las acciones prácticas, de los textos románticos a la realidad más carnal. Tenemos que dotarnos de un equipo de profesionales que apoyados en los vecinos, los auténticos protagonistas, pongan a funcionar todas esas herramientas que permanecen guardadas y medio oxidadas esperando un buen uso.

Consideramos imprescindible una visión global del espacio insular, las Montañas Sagradas no son un ente independiente del resto de la isla, y su gestión debe convertirse en el mejor modelo para mitigar los graves problemas ambientales y sociales que sufre Gran Canaria, un territorio superpoblado y alejado de la sostenibilidad. 

Es hora de felicitar y de exigir, de quejarse y aportar soluciones, de disfrutar y cuidar. Somos unos auténticos privilegiados que debemos estar eternamente agradecidos por el lugar en el que nos ha tocado o hemos elegido vivir y por el legado que generaciones y generaciones de canarios nos han legado con gran sacrificio. 

Hace tiempo que la sociedad civil de la Cumbre, organizada en diferentes Asociaciones, y a través de diferentes procesos participativos, está contribuyendo con un trabajo serio y responsable  a articular un nuevo modelo de gestión sostenible del territorio aportando propuestas y estrategias en la línea de las recomendaciones del ICOMOS y de la UNESCO, que hagan posible la conservación del Paisaje Cultural y que contribuyan al desarrollo socioeconómico y la calidad de vida de los habitantes de este singular espacio. Queremos convertirnos en protagonistas de nuestro futuro y estar presentes de forma activa colaborando con el resto de entidades implicadas en la Gestión del lugar en el que vivimos y que hoy es para nuestro orgullo Patrimonio Mundial de la Humanidad.

En nuestras manos está seguir aumentando el conocimiento sobre nuestro entorno, sobre nuestra cultura, para gestionarlo de la mejor de las maneras y transmitir con todo el rigor y cariño su importancia, para dar el carácter Sagrado del que estamos presumiendo a nuestras Montañas.