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Noticias del Ártico
Bajo los auspicios de la ONU, trece naciones suscribieron el Tratado Antártico que entró en vigencia en 1961, suspendiendo por 40 años las controversias sobre reclamos de soberanía. Ninguna legislación internacional posterior cambió, creo, esta orientación, a pesar del carácter estratégico que adquirió la región durante la Guerra Fría. Los contenciosos a varias bandas al menos entre Canadá, Estados Unidos, Rusia, Noruega, Dinamarca, siempre estuvieron latentes. Elisabetta Caradori, en un trabajo reciente sobre la contienda entre Estados Unidos y Canadá sobre el Mar Ártico, concluía que ahora empezaba a verse esta región helada del planeta con otros ojos ante nuevos recursos energéticos (el 25% de las reservas mundiales de petróleo y gas, oro, diamantes y otras riquezas), rutas comerciales alternativas gracias al deshielo y zonas de pesca.Cuentan los expertos que la tecnología abre posibilidades de acceder a la explotación de inmensos recursos que antes parecían inaccesibles. Quizá por ese motivo nadie consideraba en el pasado la posibilidad de un conflicto abierto por la soberanía y/o propiedad de los fondos marinos bajo enormes capas de hielo y de extraordinaria profundidad. Pero lo curioso o terrible es que esas probabilidades de explotación se ampliarán gracias al cambio climático.Científicos del Centro Nacional de Investigación Atmosférica de la Universidad de Canadá advierten que si la emisión de gases contaminantes sigue al nivel actual, el hielo del Ártico se derretirá en el verano de 2040. Esta perspectiva permitirá la apertura de una nueva ruta marítima entre el Pacífico y el Atlántico (ahora sólo puede usarse durante un mes al año), ahorrando costes a quienes transitan los canales de Suez o Panamá. De ahí que tantos países muestren interés en controlar esta nueva senda para el comercio y las comunicaciones marítimas, con el inevitable efecto colateral de un aumento de la importancia del Ártico desde el punto de vista estratégico militar. Para empezar, el primer ministro canadiense, Stephen Harper informó que su Gobierno construirá dos bases militares en el Ártico y así respaldará sus intereses en la zona. Estados Unidos, que no ratificó la Convención de la ONU sobre Derecho Marítimo, quiere ampliar su plataforma continental 1.000 kilómetros más desde Alaska. Noruega le disputa a Rusia la posesión del Mar de Barens Cabe añadir otra reflexión. Si Canadá, Rusia, Noruega, Dinamarca, Estados Unidos (y quizá Japón) preparan estrategias por el control del Polo Norte no sólo se debe a las ingentes riquezas allí escondidas. También cuentan con que el cambio climático no hay quien lo detenga. O no estarían preparando una nueva ruta marítima entre el Pacífico y el Atlántico. Las advertencias de los científicos sobre las consecuencias nefastas para el planeta por el fin del hielo ártico a plazo fijo no conmueven a los grandes estrategas de la explotación ciega de la naturaleza. O disimulan.
Rafael Morales
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