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Otra de obispos

José A. Alemán / José A. Alemán

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Pero si al PP no le viene bien que lo vean en amor y compaña con unos prelados que rechazan la democracia representativa, al pretender que sus opiniones prevalezcan ante leyes emanadas del Congreso, el mitin episcopal dio pie a recordar la cascada de concesiones de Zapatero a la Iglesia. Así, muchos se han enterado ahora de que cada español, sea cual fuere su credo religioso, pagará este año 3,5 euros para el mantenimiento del clero y del culto católico.

Por si fuera poco, la casilla de la declaración del IRPF, esa que llena quien lo desee si le cuadra, pasó del 0,5 al 0,7. Un dinero que no saldrá del bolsillo de los católicos contribuyentes sino del de todos, pues Hacienda se limita a sumar el importe de las casillas y a detraer la cantidad resultante del total de los ingresos públicos. Cayó en el olvido aquello de la autofinanciación de la Iglesia, no sé si se acuerdan.

Encima, oye, han quedado en suspenso y descatalogadas las iniciativas legislativas que puedan molestar a sus eminencias y los colegios religiosos podrán suprimir de Educación para la Ciudadanía los contenidos que les disgusten. En definitiva: resulta ser Zapatero el presidente que más ha cedido ante las presiones de la jerarquía eclesiástica. Va a tener razón Rajoy al considerarlo un flojón.

Tanto el PP como el PSOE van, pues, al son del gregoriano, que nos ha salido bailable. Los peperos, al procurar que no se les note demasiado su natural carca y cierra España; y los psocialistas para demostrar que no son tan malos. Sin impedir que el cardenal García Gasco siga hablando del acoso a la Iglesia.

Populares y psocialistas están, en fin, a ver si mojan entre los electores moderados que temen tanto al nacionalcatolicismo que añoran los obispos como a la persecución de la Iglesia por el mester de rojería, que no está ni se le espera. Si el PSOE puso las cosas, no a los obispos, en su sitio, al PP le parece que exagera. Y a quienes, católicos o no, deseamos la separación de la Iglesia y el Estado que nos den mucho por ahí. Pagando a Dios y al César, que para eso estamos.

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