Los pigs a punto

Sin embargo, no han faltado comentaristas memoriosos para recordar que Rajoy no ha dado pie con bola las veces que ha puesto la política económica de otros gobiernos europeos de ejemplo de lo que debería hacer Zapatero. Lo hizo con Irlanda, precisamente Irlanda, de la que ponderó su crecimiento “fuerte y sano”; el que ya han visto. Se fijó en Sarkozy y también le salió rana; lo mismo que con Ángela Merkel. De lo que resulta que son Zapatero y sus tres colegas los que van en el mismo barco, mientras el PP español es el único partido de la derecha europea que sigue recomendando rebajas de impuestos, recortes del gasto público y que sé yo. Para, si gana, unirse al carro, claro. Hace unas semanas proclamó que haría en España lo que Cameron en el Reino Unido y tuvo que retirar la idea del guión, vistas las reacciones del personal. Peridis suele caricaturizar a Rajoy tumbado en la cheslón fumando a la espera del batacazo final de Zapatero. Yo le añadiría el “¡que inventen ellos!”. El líder pepero no sólo copia sino que, encima, elige mal sus modelos.

Pero la mayoría de los comentaristas, incluso los menos benévolos, no han insistido en que Rajoy aspira a presidir el Gobierno con semejante bagaje de papanatismo frustrado. Como si no les inquietaran las reiteradas y palmarias demostraciones de que no sabe por donde van los tiros de la política económica en un número significativo de países europeos. No acertó ni cuando dio casi por descontado, no sin regocijo, que en España ocurriría lo que en Grecia; y no ha dicho, todavía, qué piensa de Portugal que, de caer, dicen, podría arrastrar a España. Con lo que quedarían fuera de juego los países “pigs”(=cerdos), despreciativo palabro formado por las siglas inglesas de Portugal, Irlanda, Grecia y España.

Otra de las suyas, que lo acercan, miren por donde, a las concepciones pepitianas de la independencia de Canarias como remedio instantáneo en cómodas bolsitas, fue proponer cambios constitucionales para impulsar la recuperación económica. Hasta que, por último, han dicho los peperos que la solución radica en echar a Zapatero y poner a Rajoy; que es lo que se quería demostrar. Al menos, eso es lo que parece esperar Soria que en su blog se preguntaba si será España la próxima en caer; cosa que está dentro de lo posible, no lo niego: sólo que jode el retintín.

A mí, qué quieren, nunca me ha gustado Zapatero. Sólo creo conveniente subrayar las contradicciones y los tremendos errores de apreciación de Rajoy que ha demostrado a las claras su escasa altura política para sentarse en La Moncloa. Estamos ante una opción dramática entre Guatemala y Guatepeor.