Lo que es falso: no he ocultado nunca (escrito vuelvo a dejarlo) que considero a Saavedra, Pérez y López Aguilar un trío de lujo y ahí están los curriculums. Además, conozco personalmente a los candidatos rivales, sé lo que dan de sí y lo que algunos ya han dado. Dicho sea sin demérito de ninguno; excepción hecha de Mauricio y del macho Soria, para mí sujetos dañinos sin redención posible.Me halaga que los comunicantes den importancia a esta columna sin mayor incidencia, al extremo de molestarse leerla y sentarse a escribir. Cosa que agradezco; salvo cuando pretenden negarme el derecho a opinar. Debido a mi manera de ver las cosas, suelen hacerme militante del PSOE quienes sólo distinguen entre blanco o negro porque su deficiente cultura política no les da para matices. Pero no soy del PSOE ni ganas de serlo, así que mis simpatías por sus candidatos no vienen de ahí. Ya les dije de sus valías y de mi profiláctico rechazo a Mauricio y Soria. Pero hay más.Para explicarme, tomaré como percha la falsa opción que planteara Soria entre libertad y socialismo. Una chorrada que refleja incapacidad para percibir que la política de ZP y del PSOE es liberal capitalista, aunque aliviada con mecanismos redistributivos mediante reintegros a la sociedad en forma de derechos sociales, asistenciales, educativos, de protección y de obras y servicios en general. Es la razón, por si no lo sabían, de que lleve más de 30 años escribiendo “psocialista” al referirme al PSOE.Un liberalismo distinto, por supuesto, del salvaje de Soria que recorta prestaciones sociales, despatrimonializa el sector público mediante privatizaciones, participa de la idea neocon de que quien no pueda valerse y no rinda, no cuenta y no merece atención presupuestaria; el mismo sujeto que con la que está cayendo, madre, promete eliminar cortapisas al control del suelo canario: las campañas son caras y hay que pagarlas; se entiende. Esa es la opción. Entre liberalismos. No me queda sino inclinarme por el más humano. Por eso, esta vez no me abstendré ni votaré en blanco. Muy simple en el fondo, si se lo piensan.