De modo que los mismos que en el 2003 desarrollaron la operación amputación de Ican, hurtándole a Román Rodríguez la Vicepresidencia y la Consejería de Economía y Hacienda en representación de Gran Canaria, son los que ahora apartan definitivamente de la vida política a Adán Martín que, al fin y al cabo, sin mover un pelo, sentadito en su trono y rodeado de sus asesores, fue elevado a los altares, mientras los demás realizaban el trabajo sucio, por ejemplo: el fichaje de Dimas Martín, y el descabezamiento del aliado romaní en Lanzarote, Juan Carlos Becerra.Para acertar con el puzzle que propongo me apresuro a colocar tres piezas sobre el tablero: a) Paulino Rivero está ofendido con Adán; fue a pedirle apoyo a su candidatura y recibió un clamoroso “no”; desde ese instante Rivero vive apartado de la circulación aguardando a que las cosas fluyan por sí mismas; b) Mauricio hubiese caído en la depresión si Adán consiguiese sacar adelante su nominación; su futuro quedaba condicionado a sacar unos resultados electorales asombrosos que ningún especialista en sondeos le da; y c) Soria cree que aguantará el tirón socialista en el Cabildo y en la capital grancanaria si Rivero satisface las reivindicaciones de Mauricio, que pasan por seguir influyendo en el hipotético nuevo gobierno, y en presidir CC, además de poner en marcha su fundación; ayer Soria inició la seducción de Mauricio: puso a caer de un burro el discurso de Adán, le quitó cualquier mérito contraído a lo largo de su gestión, calificó de “suspenso” los empantanamientos de la policía autonómica y el Estatuto de Autonomía, y remarcó como “fracasos de los canarios” las crecientes dificultades de miles de familias para llegar a fin de mes, los frenos y las trabas a las inversiones, la existencia de 115.000 parados, la precariedad laboral, las listas de espera, la falta de plazas para médicos, los problemas del sector primario, la lentitud de la Justicia y la inmigración irregular; sin embargo halló excepciones y reconoció logros en la prórroga de la Zona Especial Canaria, el acuerdo del plátano, la prórroga del Régimen Económico y Fiscal, y la Ley de rentas mínimas, o sea, todos aciertos del área que dirige Mauricio… En fin, que el socialismo canario abra la los ojos porque en el escenario donde se corta el bacalao alguien va a interpretar una suerte de escapismo tipo Houdini.Y vuelvo al principio. Los exegetas de Adán dirán que todo es el resultado de una estrategia para evitar que el presidente afrontase su último debate de la nacionalidad en calidad de derrotado. Dirán que propagaron una información falsa con el objeto de hacer creer que presentaba su candidatura, cuando en realidad ya estaba decidido que se marchaba. Dirán lo que quieran pero mentirán. El “no” rotundo a Paulino es conocido por medio Santa Cruz, y las constantes reuniones de los últimos días no se desarrollaron precisamente en lugares clandestinos.Sencillamente no salieron los números. Ni siquiera los de casa. ATI dividida y quien sabe si determinados miembros amenazando por vez primera con fuga de votos. Y Lanzarote, Fuerteventura y Gran Canaria, muy dispuestas a presentar un candidato único; a cualquiera con tal de impedir que Adán conquistase los 3/5 que necesitaba para salir. Lo que iba a pasar el sábado en la votación del Consejo Político era un engendro. El actual presidente quedaría emporcado en el barro del ridículo, y un tonto útil, alguien carente de pedigrí pero válido a los intereses de las tribus, sería impulsado en plan Yo Claudio a la candidatura de la Presidencia. Ha ganado Mauricio. Y Paulino. Y Soria. La derecha, cuyas lagunas en el arte del buen gobierno son prodigiosas, se apresta a ejecutar lo que mejor sabe hacer: usar el aparato del poder para consolidar su alianza supraeconómica en el próximo mayo. Por cierto: Adán no debiera echarle la culpa a nadie. Son sus inmensos errores, algunos procedentes de la pesada herencia que recibió por quienes eliminaron de la carrera a Román Rodríguez, y otros por su enfermiza predisposición para gobernar en exceso para su circunscripción electoral, los que le alejaron de apoyos y de mimos. Pasa a la historia y a la memoria, y mucho me temo, como uno de los peores presidentes de la historia democrática del Archipiélago cuando disponía de armas suficientes, de experiencia y materia gris, para acabar siendo justamente lo contrario. Francisco J. Chavanel