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Salmón y libertad de expresión

Juan García Luján / Juan García Luján

Los trabajadores de la comunicación malviven como otros muchos trabajadores y encima son señalados como unos “vendidos”. Se confunde a editores millonarios con redactores mileuritas. Lo que sí son diferentes son las empresas periodísticas. La cosa es tan vieja como el panorama que alguien describió de forma rotunda hace 46 años : “Curiosa profesión que aglutina a supermanes y a oficinistas, a políticos y a campeones del juego de los chinos (?) Delicado oficio que tantas atenciones despierta, tan envuelto en pañales verbales. Y, sin embargo, jamás el profesional del periodismo ha tenido menos poderes reales que en nuestro tiempo. En el siglo XIX las crónicas del corresponsal del Times en la guerra de Crimea provocaban cambios ministeriales en la metrópoli. La prensa era entonces el cuarto poder, cuando la división de poderes tenía algo que decir. Hoy todo el poder se lo queda ese ente tan abstracto y concreto llamado sistema y la división de poderes es un misterio casi tan suprahumano como el de la Trinidad. Pero si de algo estamos seguros es de que el poder que pueda seguir conservando la información no está en manos de los periodistas”.

Esto fue escrito en 1963 en la cárcel de Lérida por un joven periodista catalán llamado Manuel Vázquez Montalbán. El libro se tituló “Informe sobre la Información”. No había Internet, ni blogs, ni televisiones privadas, sólo existía la prensa del movimiento y TVE. Pero Vázquez Montalbán era un joven periodista que leía, se preocupaba por su sociedad (por eso Franco lo metió en la cárcel) y realizó un ensayo sobre el panorama de los medios de comunicación a nivel internacional.

Las cosas han cambiado. En España, por ejemplo, no hay periodistas en la cárcel y los fiscales no piden prisión para los delitos de opinión. Sólo hay una excepción. El vicepresidente del Gobierno canario ha pedido en varias ocasiones penas de cárcel para un periodista. ¿Qué hará hoy ese político tan excesivo y singular? Pues este lunes, por ejemplo, tendrá que acudir al TSJC para explicar ante la jueza y el Fiscal Anticorrupción si es verdad o mentira que él se pagó sus vacaciones como declaró en la tele y el Parlamento, o recibió una dádiva de un empresario que meses después se vio beneficiado por las decisiones que tomó el político imputado por varios delitos de corrupción.

¿Qué harán los medios de comunicación con la noticia de esta presencia de José Manuel Soria en los tribunales?¿Dependerá de la voluntad de los redactores que cubran esa información?¿Se valorará que un vicepresidente del Gobierno canario y consejero de Economía y Hacienda tiene que acudir por segunda vez a justificar sus cuentas corrientes, que un señor responsable de los presupuestos autonómicos, de subvenciones a empresas, de cobrar los impuestos, lleva medio año sin saber explicar cómo paga sus vacaciones?

Pues no. Nada de eso pasará. Los directivos de la televisión pública que depende de los presupuestos que reparte Soria volverán a ordenar a sus periodistas que no pongan el dato de que se trata del vicepresidente del Gobierno, que sólo es el “presidente del PP”, sólo podrán emitirse declaraciones de PP Manolo o de sus abogados, la acusación particular será muda a efectos del informativo. Un periódico volverá a titular mañana lo mismo que hizo durante la primera comparecencia del vicepresidente autonómico “Soria acredita sus gastos en Noruega”. Soria debió acreditarlo sólo ante el editor del periódico, porque la policía siguió investigándolo y la jueza lo ha vuelto a llamar. Y otros destacarán las contradicciones de PP Manolo, lo difícil que le resulta explicar que pagó sus gastos después de reconocer que viajó en un avión privado, y de haber comprobado la policía que regresó con unos pasajes reservados para él y su familia y pagados en primera instancia por el empresario beneficiado por Soria. ¿Por qué los medios contarán dos historias distintas por los mismos hechos?¿Libertad de expresión? ¿Diferente interpretación de los periodistas que acudan al TSJC? Pues, mire usted, no es un asunto de libertad de expresión, es un asunto que explicó Vázquez Montalbán en 1963 cuando escribió que el poder de la información no está en manos de unos periodistas. En las noticias sobre PP Manolo Soria los periódicos que reciben millonarias subvenciones del gobierno canario y ganan concursos que convoca el gobierno de José Manuel Soria son los que dirá nque Soria justificó las facturas. A nivel estatal los medios del grupo Intereconomía (prensa salmón en el sector audiovisual), que probablemente ganará el concurso urgente convocado por la consejería de Turismo que dirige una mandada de Soria dirá que hay una campaña del PSOE contra PP Manolo Soria.

Decía Montalbán en su libro que “El poder informativo es la triste historia de la virgen que acabó en el prostíbulo. El ariete de la libertad de informar lo utilizó la burguesía para penetrar en la fortaleza del Antiguo Régimen y, una vez en el poder, se las ha ingeniado a lo largo de cien años para domesticar la información y convertirla en una técnica de dominio de la conciencia colectiva”. Los medios son empresas que se mueven por dinero. Aunque hay que reconocer que unos se venden con más frecuencia y cambian de clientes de forma pornográfica, les gusta el sexo con cualquiera. Por eso ayer no hubo ningún periodista dispuesto a celebrar el día de la Libertad de Expresión. La verdad se compra y se vende. Así de sencillo, sin secretos, así somos los canarios.

Juan García Luján

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