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El SEFCAN, otro escándalo del Gobierno por Inocencio Hernández Gonzalez
Casi un año después, volvía formular en el Pleno del Parlamento una pregunta al consejero José Manuel Soria en relación al desastre que estaba ocasionando la puesta en funcionamiento del SEFCAN, y en estos momentos, con la información que disponemos de los usuarios del citado sistema, podemos afirmar categóricamente que es uno más de los mayores pufos de gestión conocidos en la historia de la Administración Pública canaria.
Resulta totalmente temerario e imprudente que en un contexto de crisis económica mundial, el Gobierno de Canarias derroche más de 19 millones de euros en el SEFCAN, el aplicativo más caro de esta Comunidad Autónoma de Canarias, que viene a sustituir al anterior sistema cuando la opinión generalizada entre usuarios y técnicos es que su antecesor funcionaba correctamente y, sobre todo, por la incertidumbre generada cuando todavía hoy en día el nuevo sistema no cuenta con la seguridad y confianza en su rendimiento, eficacia y funcionamiento. Además es ilógico, si tenemos en cuenta que el PICACC fue galardonado con un premio en reconocimiento a sus aplicaciones, además de convertirse en referente esencial para otras comunidades autónomas e incluso del Estado. Las cosas, Señor Soria, que funcionan bien, no deben cambiarse y menos si supone un gasto innecesario en un momento inoportuno.
No se entiende muy bien cómo se nos venden mediáticamente -por ese portento de gestor público que es nuestro consejero de Economía y Hacienda, que por donde pasa, llámese Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria o Cabildo de Gran Canaria, deja las instituciones hipotecadas para el futuro- esa sustitución de todo el sistema de información y gestión pública, financiera y contable sin haber realizado previamente las paralelas entre ambos aplicativos. No se puede cerrar un sistema sin saber cómo funciona el nuevo y, sobre todo, cuando el propio centro de atención al usuario simplemente no responde, ni resuelve las múltiples dudas y problemas que han venido surgiendo. Y si a ello le unimos detalles menores como que los cursos de formación han sido cuando menos insuficientes y que su impartición ha tenido lugar en los almacenes de la empresa adjudicataria del nuevo sistema, tenemos una muestra más de la ineficacia y mala gestión del Gobierno de Canarias. Y como siempre, tal como nos tiene acostumbrado este Gobierno chapucero, todo se ha hecho deprisa y corriendo. Nos vende el invento de que éste es un sistema estupendo, cuando la realidad es otra muy distinta, como evidencian, entre muchas otras deficiencias, las siguientes:
? No contabiliza los ingresos, que en época de crisis es fundamental saber lo que se ingresa.
? No sabe tratar las devoluciones de los ingresos del IGIC.
? Respecto a las conciliaciones bancarias, hay pagos que no son anotados, por lo que la información se pierde.
? La web de la Consejería no informa sobre los pagos, ahora no existen, los proveedores están perdidos.
? Confunde los avales con los pagos.
? Cobrar una subvención es una odisea.
? Las empresas no están cobrando.
? No se sabe lo que se está recaudando por el REF.
En síntesis, el SEFCAN no funciona, por mucho que digan los responsables de la Consejería y, mientras tanto, los ciudadanos seguimos sufriendo esa mala gestión del consejero de Economía y Hacienda con el agravante añadido de que estamos, sin duda, ante otro de los mayores fraudes cometido bajo el engaño de una supuesta modernización de la Administración. Otra tomadura de pelo más a todos los canarios.
Éste es un tema muy serio, pues estamos hablando del control de las cuenta públicas, con graves repercusiones no sólo en los empleados públicos de la Comunidad Autónoma, sino que también implica a todos aquellos proveedores y acreedores de la Administración que, en muchos de los casos, son pymes que para subsistir necesitan cobrar puntualmente y no con el retraso que se está produciendo actualmente. Si todo ello se vincula a posibles intereses poco transparentes y aparentemente lucrativos, uno podría tener la sensación que tanto el Partido Popular como Coalición Canaria están cambiando el negocio del ladrillo por el mercadeo de la informática y la externalización de los servicios. A buen entendedor pocas palabras bastan.
* Diputado regional del PSC-PSOE por El Hierro
Inocencio Hernández Gonzalez*
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