Dicen los socialistas que José Manuel Soria no puede ni tocar un papel del expediente de Anfi Tauro porque está contaminado. Nadie dice una sola palabra del empresario que invitó al político, cuando es de sentido común pensar que para que alguien acepte una invitación tiene que haber otro que la formule. Pero, en fin, a la vista del expediente se sabrá si merece o no merece la pena tanta vergüenza política. Pero centrémonos en la contaminación, porque si Soria y Carlos Sánchez, con sus respectivas, estuvieron en la fiesta de cumpleaños de Lyng, también es cierto que estuvo el presidente del Gobierno, que sin embargo, no ha aceptado ver mundo en el jet del empresario. Pero Adán Martín preside el Gobierno al que se remite ahora el expediente, que a continuación será visto por el Parlamento.