El Tinerfe Power lo comprende todo, lo asimila todo, lo consiente todo... El sistema es así, se realimenta un día con las miserias de uno, crece con los esfuerzos del otro por taparle las vergüenzas al anterior por lo que pueda suceder en el futuro, y nada en la misma charca y en igual dirección porque quien más o quien menos necesitará algún día del imputado, el investigador, el denunciante o el transeúnte para que todo siga igual. Eso sí, un día te toca a tí, y el otro, a mí, y en esto es indiferente el partido político al que pertenezca cada cual. De ahí que ninguno huya de la corrupción, y el que no trata de taparla o de convertir al denunciante en cómplice o en un desgraciado, hace lo posible por reconducir la situación para que la explosión sea controlada, para que no se resienta la columna vertebral del sistema, la que sirve para que el empresario del régimen esté contento y desarrolle sus proyectos; el político gane unos cuartos y unos votos, y el golfo (funcionario, técnico, correveidile) de turno que ejerce de bisagra, guarde silencio para siempre gracias a un buen puñado de euros. Y en medio de todo ello, el dinero y la confianza del engañado del contribuyente.