La noticia política del día en Canarias ha sido sin duda la decisión de la Sala de lo Civil y Penal del TSJC de no admitir la denuncia interpuesta por el director de este periódico, Carlos Sosa, contra el vicepresidente del Gobierno, José Manuel Soria, por el caso chalet. Respetamos la resolución judicial, como no podía ser menos, pero no la compartimos en absoluto, como también cabría esperar. La Sala (y no un instructor) ha decidido que la acción no debió ser denuncia sino querella, es decir, que si un ciudadano conoce la comisión de un delito ha de contratar un procurador, un abogado, encargar una querella, personarse como acusación, depositar fianza y esperar. Es lo más llamativo de una resolución que llega a sólo 48 horas de que el denunciado se someta a una reprobación parlamentaria precisamente por sus andanzas judiciales y su nula capacidad política. Atención a los magistrados que firman el auto y a las repentinas vacaciones de Castro Feliciano.