Mientras estallaba en Tenerife el cataclismo, en los ambientes políticos se hablaba con mucha insistencia de las últimas novedades conocidas en relación con otro escándalo mayúsculo: el de la montaña de Tebeto y la fabulosa indemnización que todos los canarios tenemos que pagar al empresario Rafael Bittini por haber conseguido tramitar el expediente más singular de la historia de la Administración moderna. Y lo de moderna es un decir, porque cuantos más detalles se conocen, más evidente queda que ese expediente lo dirigió el propio Bittini, que hubo algún funcionario, posiblemente más de uno, que prácticamente obedecía sus órdenes, y que el Gobierno de Canarias, particularmente el consejero Luis Soria, pusieron la guinda al desaguisado. Por cierto, también Bittini eligió un banco británico, el Lloyds Bank, para constituir la fianza exigida por el TSJC para reclamar la misma cantidad de indemnización. Pero, ¿y si resulta que le pagamos y el Supremo anula la sentencia dentro de cuatro años? ¿Nadie le ha exigido al empresario que constituya también los intereses? ¿Los pagará llegado el momento o el PP le echará una manita con otro expediente preñado de generosidad?