No se iba a estar quieto el candidato socialista emergente en Fuerteventura, Blas Acosta, que no alcanzó los resultados esperados el domingo. La necesidad de justificar la confianza depositada en él le está llevando a tocar algunos palos que, al menos, no le hagan perder lo que ya tenía el PSOE, la alcaldía de Pájara. Así, Acosta se ha acercado estos días al número dos del PP promarqués en el municipio sureño, Aniceto Palito Palito Rodríguez, y a los ex de CC ahora en CCN-IF con Ramón Carmelo al frente. A cambio de ese voto, Acosta ha ofrecido los dos concejales socialistas en La Oliva, que de aceptar, harían alcalde de esa localidad a Domingo González Arroyo, marqués natural de las dunas de Corralejo. Un órdago importante el de Blas, del que en estos momentos se desconoce su capacidad de maniobra y de influencia dentro de la organización socialista majorera tras los más recientes acontecimientos judiciales y electorales. Y su repercusión a la hora de poner la patita por delante e incluso la zancadilla a la estrategia autonómica de Juan Fernando López Aguilar.