Parque Marítimo Santa Cruz SA tiene pinta de convertirse en breve en otro capítulo de una trama chicharrera global que podría empezar a denominarse ATISA. ¡Atiza! ¡Qué hermosa coincidencia! Los dineros -en los tiempos duros del maletinero ahora en el ostracismo- de esta empresa pública participada al 50% por el Ayuntamiento de Santa Cruz y la Autoridad Portuaria han sido gestionados desde hace lustros con un cachondeo digno de la mejor juerga nocturna chicharrera. Y ahora el cierre de la macroinstalación de ocio tiene ya soliviantado al heredero del tinglado montado en la etapa feliz de Miguel Zerolo y Jorge Bethencourt. Tanto, que el hombre anda amenazando con que, o le dan la licencia de apertura, o tira de la manta. Aunque se le vean los ñoños al delfín en el mismísimo Cabildo.