No ven cómo se ha puesto la Unión de Profesionales de la Comunicación de Canarias (UPCC) ante lo que consideran “maltrato”, el que el Partido Popular de Tenerife dispensó a los periodistas que desarrollan su labor durante el mitin de Mariano Rajoy en el Pabellón de Deportes de la capital tinerfeña. Mientras que a los colegas peninsulares se les asignaron sitios perfectamente reservados y señalados con sus nombres y apellidos, a la canallesca local se le colocó en los huecos que iban quedando libres, más bien al fondo, en las peores ubicaciones, en el gallinero. Lamentamos lo ocurrido, pero mucho nos tememos que en esa isla se ha extendido de manera preocupante la imagen de que los trabajadores de la comunicación no sólo pueden ser maltratados por sus empresas, sino que las fuerzas vivas creen estar en su derecho de presionarles, manipularles, comprarles y hasta ningunearles. Algunos se lo han ganado a pulso, todo hay que decirlo.