Los cerebros que ocupan la dirección de la Caja Insular de Ahorros de Canarias no se están quietos, no, qué va. Más bien se diría que andan moviendo las neuronas a un ritmo frenético buscando lo que nadie en el mundo de la banca ha encontrado jamás. Empeñados como andan en amargar la vida a los trabajadores, van camino de patentar un nuevo procedimiento de prejubilación que, de implantarse, marcará un antes y un después, no hay duda. Consiste tal método en convencer por las buenas al trabajador de que se mande a mudar y empiece a pagar de su bolsillo las cuotas de la Seguridad Social sin percibir un euro. Luego, al llegar a los 65 años, empezar a recibir la paga correspondiente. Un invento del quince, ¿verdad? De momento no ha picado ni uno.