Ya metidos en comentarios (constructivos) sobre carreteras en Gran Canaria, debemos acercarles aquí el cabreo que tienen los tafireños de toda la vida, los que tratan de vivir en torno al famoso kilómetro 8 de la antigua carretera del Centro, el estrechamiento, para que nos entendamos. Se las prometían muy felices cuando abrieron la famosa variante pero su gozo en un pozo. Ahora resulta que pasa un coche cada tres segundos, y además, mucho más deprisa que antes porque, al haber un solo sentido, la peña se empinga. Los vecinos claman ante Ayuntamiento y Cabildo y, como quien ve llover. Han propuesto soluciones muy sencillas, como badenes de reducción de velocidad y algunas desviaciones en la calle San Luis y cercanas, medidas que sirvan para persuadir a los que utilizan este tramo para ahorrarse la variante, que tiene su momento coñazo en ocasiones. El casco antiguo de Tafira Alta se deteriora nuevamente y muchos dudan de que las medidas inmediatas (rotonda en la Casa del Gallo, conexión de la variante con la circunvalación, etcétera) vaya a poner fin al suplicio. Y para colmo, la carretera de Marzagán, que utilizan para escapar hacia el sur, está prácticamente intransitable en sus primeros kilómetros. Un infierno y sin Rambo.