El comportamiento de estos policías locales de Agüimes ha estado camuflado por unas supuestas exigencias de mejoras en las dotaciones y ampliación del número de agentes del cuerpo, cuando en realidad lo que pretenden es cobrar más en tiempos de penurias económicas y de prohibición legal de incrementar salarios públicos. Pero el Ayuntamiento no ha cedido ni al chantaje ni a las batidas panfletarias, ni siquiera a las masivas multas que el día de las elecciones sufrieron los funcionarios municipales que tuvieron que acudir a trabajar a las casas consistoriales. Porque ni los compañeros de los guindillas revoltosos se libran de sus ataques a la paz vecinal. Por hacer gamberradas incluso son acusados de haber colocado carteles en la capitalina avenida de Mesa y López ofreciendo regalar cachorritos de perros. Junto a la descripción de las mascotas incluían un número de teléfono que, miren ustedes por dónde, se correspondía con el de concejal de Policía de Agüimes, que no entendía a qué venían aquellas llamadas hasta que uno de los interesados se lo explicó. Si la autoridad judicial encuentra motivos para abrir diligencias, el consistorio sureño tramitará expedientes disciplinarios contra sus propios policías locales.