El Teatro Insular de Lanzarote fue entregado por la constructora al Cabildo a finales de 2008, y ya en diciembre se celebraba un concierto, probablemente con unos permisos provisionales en lo que la Corporación insular y el Ayuntamiento de Arrecife concluían la tramitación administrativa de las oportunas licencias. Pero ha habido más conciertos hasta que este viernes se ha sabido que la Guardia Civil también ha metido mano a este asunto, quizás a través de conversaciones telefónicas detectadas al tener intervenido el teléfono del concejal Ubaldo Becerra, actualmente en prisión preventiva por varios presuntos delitos relacionados con la corrupción. A Becerra lo habrán telefoneado en muchas ocasiones responsables del Cabildo para tratar de agilizar la licencia de apertura del Teatro Insular, lo que debe constituir una irregularidad inmensa e insoportable, donde es imposible el soborno o el tráfico de influencias, sino más bien las gestiones normales entre instituciones. Pero ya hay quien pide dimisiones ejemplarizantes y lapidaciones en la calle Real, quizás porque se celebró algún concierto sin licencia. ¿Les suena algo similar en el Palacio de Congresos de Maspalomas? ¿Era un congreso con 3.000 participantes?