Saavedra, que no es mitinero acreditado, logró en varias ocasiones arrancar el entusiasmo y el aplauso del público, sobre todo en esos pasajes de su intervención tan aparentemente transgresores, tan políticamente incorrectos, pero a la postre rentables por lo que suponen de atracción electoral para muchos votantes no socialistas. El alcalde y candidato a repetir hizo especial hincapié en algunos aspectos de su mandato, como el cambio de tendencia en la participación que ha vivido la ciudad tras la llegada del PSOE, con efectos tan palpables como el plan estratégico surgido de Proa 2020, una experiencia en la que participaron centenares de representantes de los más variados sectores de la ciudad. También destacó la gran cantidad de inversión hecha en su mandato, la mayor de la historia reciente de la capital grancanaria, y la oportunidad que representa la capitalidad europea de la cultura en 2016. Saavedra despejó cualquier duda acerca de las ventajas económicas que la cultura representa para las nuevas sociedades y la oportunidad que con ella se abre a los creadores. Y se aferró a una frase de Domingo Doreste, Fray Lesco, sobre la similitud de la construcción de una ciudad con el trazado de una obra de arte, como proceso que él quiere desarrollar los próximos cuatro años.