El panorama es cada vez más desalentador en la Autoridad Portuaria de Las Palmas. Es muy probable que en las próximas horas se desconvoque el próximo consejo de administración o que, en su defecto, se anulen del orden del día todos los puntos referidos a adjudicaciones, inversiones, cuentas y compromisos de futuro. No está Arnáiz para muchos trotes y su equipo empieza ahora a aconsejarle mesura y un acercamiento al Ministerio de Fomento que se antoja imposible. Pero en el caso de las adjudicaciones ya hay consejeros con la mosca detrás de la oreja que bien harían en solicitar una comisión de investigación. Es preciso que, en evitación de acusaciones futuras de complicidad con una situación anómala, se sepa claramente qué criterios siguen los técnicos para calificar las bajas presupuestarias que proponen las empresas; quién o quiénes cursaron instrucciones en tal sentido y cómo se puntúan las ofertas para que lleguen tan primorosas al consejo de administración.